Encontrar el camino hacia la recuperación

Patrick D recuerda muy bien la época en la que comenzó a beber. Él era "solo un niño" que quería ser aceptado por los niños más grandes con los que pasaba el rato.

"Me gustaba sentirme fuera de mí mismo, me agradaba esa sensación", dijo Patrick. "La pasaba muy bien hasta que eso dejó de ser divertido".

Esos primeros tragos derivaron en el uso de droga y, eventualmente, en la incapacidad de controlar su adicción a cualquier droga o bebida alcohólica, recuerda Patrick. Patrick no es el único. Más de 40 millones de estadounidenses, el 14.5 % de la población, informaron haber padecido trastorno por uso de sustancias de 2019 a 2020, el cual se define por dos o más de las siguientes características presentadas en los últimos 12 meses:

• La sustancia suele consumirse en grandes cantidades o durante un período de tiempo más prolongado del pensado
• Hay un deseo permanente o intentos fallidos de poner fin o controlar el uso de sustancias
• Se pierde un tiempo considerable consiguiendo y consumiendo la sustancia o recuperándose de la adicción
• Un fuerte deseo o una necesidad urgente de usar la sustancia

La mayoría, más de 28 millones de personas, experimentó un trastorno de abuso de alcohol.

Carpintero de oficio, Patrick estuvo entrando y saliendo durante muchos años de centros de desintoxicación, de rehabilitación y de adictos a las drogas para poner fin a su adicción.

"No lo logré hasta que el dolor se tornó muy intenso y tuve que decidir entre dejar de consumir o morir", recuerda.

El camino de la adicción

El Dr. Greg Harris, un psiquiatra y director médico sénior del área de Salud conductual de Blue Cross, dice que el patrón es común.

"La persona comienza buscando desintoxicarse, trata de sentirse bien; luego su enfermedad se agrava a tal punto que experimenta una nueva normalidad en la cual bebe o usa drogas para evitar la abstinencia", dijo. "Se vuelve un círculo vicioso"

El círculo genera un estrés tremendo.

"Hay una resiliencia contradictoria en muchas personas con trastornos de abuso de sustancias (SUD)", dijo Harris. "Deben poder conservar las apariencias en el trabajo e incluso frente a los familiares aunque pierdan más tiempo y energía consiguiendo las drogas o el alcohol y ocultando su adicción, lo cual complica la realidad traumática que viven. Siguen con sus rutinas hasta que se percatan del círculo negativo y de sus consecuencias".

Nuevas opciones

Dado los índices cada vez más altos de uso de sustancias, Blue Cross ofrecerá una variedad de beneficios para satisfacer las necesidades de los miembros.

Un programa in situ de administración del cuidado de la salud mental, a cargo de enfermeros y trabajadores sociales especialmente capacitados ayuda a garantizar que los miembros recientemente dados de alta de la atención hospitalaria tengan terapeutas, tomen sus medicamentos recetados, asistan a sus sesiones de orientación y tengan satisfechas sus necesidades básicas: alimentos, vivienda y asistencia social.

La compañía ha reducido o eliminado los costos de los miembros, como copagos por tratamientos con medicamentos, ha ampliado el acceso al cuidado de salud mental a través del servicio de telesalud y ha ofrecido nuevas opciones a los empleadores para permitirles eximirse de pagar costos compartidos por la terapia y los medicamentos.

Blue Cross también ofrecerá incentivos a consultorios de atención primaria por incorporar el cuidado de la salud mental, lo que impulsará un enfoque integral orientado al cuidado de la salud, que tiene en cuenta la mente y el cuerpo, lo cual derivará en una mejor atención coordinada y más colaborativa.

"Deberíamos practicarles a los pacientes pruebas de detección anuales para detectar problemas de salud mental y trastorno por uso de sustancia, tal como hacemos con la diabetes, el cáncer y otras afecciones médicas", dijo Harris. "Esto ayudará a normalizar la atención orientada a la salud mental y nos ayudará a identificar problemas mentales".

Para abordar el problema de la escasez de médicos, Blue Cross ha incorporado nuevos grupos de atención primaria de salud mental a su red, incluyendo Thriveworks, Headway y Refresh. Estos consultorios incorporan a las redes a psiquiatras, psicólogos y terapeutas independientes que pueden satisfacer las necesidades de una amplia variedad de pacientes, incluyendo a aquellos que lidian con SUD, a través de consultas presenciales o mediante el servicio de telesalud.

Y para ayudar a los miembros a lidiar con el trastorno por uso de sustancias, Blue Cross ha firmado contrato con Aware Recovery, a fin de ofrecer a los miembros un servicio de asesoramiento y apoyo a domicilio orientado a la recuperación, el cual está a cargo de un pequeño equipo de atención, compuesto por un terapeuta, un trabajador social y un asesor experto en recuperación. La compañía aseguradora también se asociará a Forge Health, un grupo que se especializa en el tratamiento de trastornos por uso de sustancias, traumas y afecciones concomitantes que experimentan los socorristas.