13 de nov. de 2020
Lecciones aprendidas del COVID-19
En medio de la ola de casos que la pandemia de coronavirus sigue provocando en el mundo entero, es probable que los más aptos para hablar sobre riesgo y prevención sean aquellos que han padecido el COVID-19.
"Esta dura experiencia sin duda me dio nuevos ánimos para usar mascarillas y respetar el distanciamiento social", dice Kristin Jahne, de 28 años, residente de North Kingstown, R.I. "Si tuviera que darle un consejo a la gente, sería que usen la condenada mascarilla. No es algo tan difícil de hacer y se pueden salvar vidas".
Luchando por respirar
Jahne se despertó una mañana a mediados de abril sintiendo que le faltaba el aire.
Puesto que en el pasado había tenido asma, supuso que estaba sufriendo un ataque de asma y comenzó su jornada.
"No pensé inmediatamente en el COVID. Nadie quiere suponer lo peor", dice recordando ese momento. "Trabajaba en el sector de ventas minoristas, pero no estaba en atención al público, y no había estado en contacto con gente en esos días".
En ese momento, cuando recién comenzaba la pandemia, ella no usaba mascarilla porque en su ciudad no era obligatorio.
"Esperé unos días porque quería ver cómo me iba sintiendo y si desarrollaba nuevos síntomas", explica. Al ver que luego de varios días su dificultad para respirar y la presión en el pecho no habían mejorado, Jahne llamó a su médico de atención primaria y se hizo una prueba de COVID-19, que arrojó un resultado negativo.
Sin embargo, con el paso de los días, su capacidad respiratoria se deterioró tanto que tuvo que ir a la sala de emergencias: "Sentía que no podía respirar. Era muy doloroso. No podía moverme ni hacer nada", dice. Los médicos de la sala de emergencia me hicieron una segunda prueba de COVID, que arrojó resultados positivos.
Una dura experiencia
Los síntomas debilitantes de Jahne duraron tres meses: "No podía ir a trabajar, no podía hacer nada más que leer. No podía hacer jardinería ni ayudar en las renovaciones de mi casa".
Durante esa época, cuenta, «Mis problemas respiratorios fluctuaban. Al despertar, me preguntaba: "¿Qué me deparará el día de hoy?"»
Cuando su capacidad respiratoria comenzó a mejorar a mediados de mayo, cuenta Jahne, experimentó repentinos espasmos musculares en la región lumbar, las caderas y las piernas que la dejaron postrada en cama cuatro días debido a su intensidad. "Estaba tomando píldoras muy fuertes, usaba una almohadilla térmica y nada daba resultado. Fue tremendo".
Los espasmos cedieron después de dos semanas, pero reapareció la dificultad para respirar.
Había sido una joven saludable y estaba sorprendida por el efecto del virus en su vida: "No esperaba que me atacara con tanta violencia".
En medio de su enfermedad, Jahne tenía la preocupación de las facturas, pero su compañía de seguro, Blue Cross Blue Shield of Massachusetts, cubre para sus miembros la totalidad de las pruebas y los tratamientos relacionados con el COVID-19 que son necesarios desde el punto de vista médico.
"Ya es bastante malo enfermarse, encima tener que preocuparse por las facturas: un solo día en la sala de emergencia me costaba miles de dólares. Que Blue Cross decidiera brindar su ayuda y cubrir todos mis costos derivados del COVID fue maravilloso. Lloré de la alegría cuando me enteré", dice. "Blue Cross me ayudó muchísimo. No tengo más que alabanzas para ellos. He estado con Blue Cross durante un par de años, y siempre han sido muy proactivos. Cuando estuve enferma, realmente me ayudaron mucho, y estoy sumamente agradecida".
Un mensaje para los demás
Finalmente, a fines de junio, dice Jahne: "Salí a dar mi primera vuelta a la manzana sin tener que detenerme ni jadear. Sentí que ese era un momento decisivo en mi enfermedad y no podía creer que realmente estuviera mejorando. Tenía la sensación de que los síntomas no desaparecerían nunca, así que me sentí exultante cuando pude iniciar mi proceso de recuperación".
Cuatro meses después de la desaparición de sus síntomas, Jahne dice que se siente de maravilla: "Siento un renovado entusiasmo por la vida porque viví una de esas enfermedades realmente largas que parecen eternas, así que ahora, intento hacer todo lo que no pude hacer mientras estuve enferma". Y añade: "Siento mucha empatía hacia quienes están en plena lucha".
Ahora que el virus ha vuelto a atacar con fuerza en la región noreste, Jahne insta a las personas a seguir respetando las pautas de salud pública, entre ellas, usar la mascarilla, socializar al aire libre, vacunarse contra la gripe y mantenerse a una distancia de seis pies de las demás personas, aunque estén cansados de hacerlo.
"Yo también estoy harta de la pandemia", dice. "Estamos haciendo historia en estos tiempos. Estoy segura de la gente que vivió en el 1918 también estaba harta de la gripe española".
También insta a las personas a seguir cuidando de su salud: "Hagan ejercicio, aliméntense bien, tengan un buen estado de ánimo y busquen una vía de escape para sus frustraciones, todo esto podría ser valioso si llegan a enfermarse".
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