16 de ene. de 2021
VIDEO: "Me sentí bien"
WHITMAN, MASS. - Para los bomberos oriundos de esta pequeña ciudad del condado de Plymouth, el cuartel de bomberos se ha convertido en un centro de vacunación improvisado donde los socorristas se turnan para recibir sus respectivas dosis de la vacuna contra el COVID-19.
"Fue una sensación maravillosa", dijo Rich MacKinnon Jr., presidente de Professional Firefighters of Massachusetts, luego de haberse vacunado la semana pasada. "Ha sido una dura experiencia, un camino arduo, no solo para los miembros de este lugar, con quienes tengo el privilegio de trabajar, sino también para todos los bomberos del estado".
Desde que comenzó la pandemia, más de 850 bomberos de Massachusetts recibieron el diagnóstico de COVID-19 positivo. MacKinnon explicó que el índice de contagio entre los bomberos a su cargo igualó al del público general: el virus menguó temporalmente durante el verano y el principio del otoño, pero los bomberos han visto un importante aumento en la cantidad de casos dentro de sus respectivos cuarteles durante el mes pasado.
"Nosotros asumimos el riesgo que conlleva este trabajo, pero la parte más difícil para nuestros compañeros es el miedo de contagiar el virus a sus familias", explicó.
A partir del 11 de enero, Massachusetts comenzó a ofrecer vacunas contra el COVID para los socorristas, entre ellos, bomberos, policías y técnicos en emergencias médicas. Los departamentos tienen la opción de aplicar la vacuna en las instalaciones, tal como Whitman lo hizo, siguiendo la guía orientativa del Programa de vacunación contra el COVID-19 de Massachusetts.
Los socorristas también pueden programar una cita en los diferentes centros del estado, incluidos algunos centros de vacunación masiva como el Gillette Stadium.
MacKinnon dijo que espera que la gran mayoría de los bomberos de su sindicato opten por vacunarse.
"Algo que hacemos bien es comunicarnos entre nosotros, brindar información precisa y capacitar a nuestros miembros; de ahí en más, la decisión es de ellos", dice. "No deberían sentirse reacios a recibir la vacuna, teniendo en cuenta todo lo que hemos analizado y todo lo que sabemos hasta el momento".
Desde que empezó la pandemia, dice MacKinnon, la prioridad del sindicato ha sido satisfacer las necesidades de aquellos bomberos que se contagiaron y tuvieron un estado de salud grave, además de garantizar una cantidad suficiente de pruebas de detección y equipo de protección personal para proteger a todos los que hacen una labor peligrosa.
MacKinnon y los demás bomberos que recibieron la vacuna deberán aplicarse la segunda dosis en unas semanas. Las dos dosis de la vacuna de Moderna o Pfizer que se encuentran disponibles ahora tienen una efectividad mayor al 95 % para combatir el virus.
A medida que aumenta la disponibilidad de vacunas y el porcentaje de la comunidad que recibe esta protección, MacKinnon sueña con el regreso a una cierta normalidad, incluso a la camaradería con sus hermanos en la estación.
"Los que conformamos la comunidad de bomberos somos un grupo muy unido, especialmente los que estamos en este cuartel", dice. "Solíamos salir juntos después del trabajo o de una reunión del sindicato. A medida que se fueron endureciendo las restricciones por el COVID, esas salidas se volvieron cada vez más difíciles de concretar. Así que el simple hecho de poder estar con las personas con las que nos gusta estar es una parte importante de lo que anhelamos cuando todos estén vacunados".
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