Cómo una madre tomó la decisión de vacunar a sus hijos contra el COVID

Para Kristen Douthit y su esposo, residentes del área de Boston, ponerse la vacuna contra el COVID-19 no les generaba ninguna duda. Pero en lo que respecta a sus tres hijos —de 8, 7 y 5— era distinto.

"Con los niños, lo pensamos un poco más solo porque son más jóvenes", dice Douthit, que trabaja como administradora en un centro de atención médica. "Parece más difícil tomar una decisión por tus hijos que por ti misma".

Douthit, que se describe a sí misma como "muy prociencia y provacunas", dice que nunca fue una cuestión de si los niños recibirían las vacunas o no: era más una cuestión de cuándo.

Al igual que muchos padres, Douthit tuvo dudas una vez que la vacuna de Pfizer-BioNTech estuvo disponible para los niños de 5 a 11. Así que se dispuso a buscar respuestas.

Douthit recuerda que su enfoque para recopilar información fue triple. En principio recurrió a expertos de la comunidad médica, incluidos sus médicos y los pediatras de sus hijos. También habló con otros padres para conocer su opinión sobre las vacunas. Además, consultó a amigos que trabajan en el ámbito farmacéutico, científico y médico.

Se informó sobre las pruebas de seguridad y eficacia de la vacuna en los ensayos clínicos.

La seguridad de la vacuna se estudió en más de 3,000 niños de entre 5 y 11 años, que recibieron las vacunas sin manifestar efectos secundarios graves. A nivel nacional, más de 2.5 millones de niños habían sido vacunados para finales de noviembre.

Douthit también se enteró de que la vacuna contiene un tercio de la dosis que se administra a los adultos debido a las diferencias de desarrollo del sistema inmunitario de los niños, y que se administra con agujas más pequeñas y se distribuye en viales más pequeños para evitar cualquier confusión con las dosis para adultos.

Un tema que preocupa a algunos padres es un efecto secundario muy poco común llamado miocarditis, una afección cardíaca inflamatoria que se ha observado en un pequeño número de adolescentes que han recibido vacunas de ARNm. Pero en los ensayos de Pfizer con niños de 5 a 11 no hubo casos de miocarditis. Además, algunos estudios han demostrado que infectarse con COVID-19 supone un mayor riesgo de miocarditis para los niños, en comparación con el pequeño riesgo que presenta la vacuna.

Una vez que estuvo tranquila, Douthit preguntó a sus hijos cómo se sentían.

Los tres, incluyendo el más pequeño, que tiene un fuerte miedo a las agujas, estaban ansiosos por vacunarse. Todos tenían la misma razón: querían mantener a sus amigos a salvo.

"Por supuesto, están cansados de usar mascarillas", dice Douthit. "Pero más allá de eso, dijeron que querían asegurarse de que sus amigos con sistemas inmunitarios más débiles se mantuvieran sanos y salvos".

Según los CDC, alrededor de 8,300 niños de entre 5 y 11 años de edad tuvieron que ser hospitalizados con COVID-19 y al menos 170 murieron. Fue una de las 10 causas de muerte principales entre niños de 5 a 14 años de edad durante el año pasado, según un análisis de la FDA.

Los tres hijos de Douthit han recibido sus primeras dosis y está previsto que reciban la segunda en diciembre.

Ninguno tuvo efectos secundarios tras la primera dosis, solo un leve dolor en el brazo. Se vacunaron y volvieron inmediatamente a la escuela, dice Douthit.

"Estaban increíblemente emocionados", dice. "Todos en el colegio se enteraron de que se pusieron la vacuna y no paran de preguntar cuándo pueden quitarse la mascarilla".

Una vez que la vacuna haga pleno efecto dos semanas después de la segunda dosis, dice, respirará aliviada.

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