10 de ene. de 2023
Cómo implementar el ejercicio físico en 2023
"El ejercicio no es lo mío".
Escucho eso todo el tiempo de mis familiares, amigos y posibles alumnos. Ni bien las personas se enteran de que soy instructor de bienestar, muchas se sienten obligadas a decirme que no están hechas para el ejercicio.
Sinceramente, lo entiendo, de verdad que sí.
En algún momento y por causa de las publicidades sobre bienestar y las publicaciones de Instagram, nuestra sociedad concibió la idea de que el ejercicio es para cambiar el cuerpo y no simplemente para sentirse mejor. Además, hemos adoptado el concepto de que el ejercicio es exclusivamente para deportistas con un físico ultraperfecto con atuendos que marcan tendencia.
Aun cuando hacemos a un lado esos conceptos iniciales que suponen un obstáculo para ejercitarnos y comenzamos un programa de entrenamiento, muchos de nosotros convertimos el ejercicio en un castigo en lugar de tomarlo como un recurso para convertirnos en personas saludables y fuertes y como una actividad orientada a cuidar de nuestros cuerpos. Nos castigamos si nos salteamos una sesión de entrenamiento en lugar de decir, "No hay problema, mañana intentaré otra vez".
Cuando comienza un nuevo año y llega el momento de las resoluciones, la presión de transformar nuestro físico con el ejercicio, bajar de peso o finalmente esculpir el abdomen se vuelve más agobiante.
Pero vernos tal cual somos y ser comprensivos y empáticos con nosotros mismos es clave para ir en pos de metas de bienestar realistas.
Cambie su mentalidad
Luego de años de trabajar con clientes, muchos de los cuales al principio me dijeron que el ejercicio no era para ellos, he llegado a la conclusión de que el paso más importante hacia el bienestar físico no es pagar una membresía en un gimnasio, sino cambiar nuestra mentalidad.
Este año, en lugar de tomar una decisión en torno al bienestar, le recomiendo probar el siguiente experimento: incorpore a su rutina semanal cualquier tipo de ejercicio, con una frecuencia que se ajuste a su cronograma y que su cuerpo soporte; luego de algunas semanas, fíjese cómo se siente.
Exacto, no cómo luce, sino cómo se siente.
En lugar de mirarse fijamente al espejo o subirse a la balanza, pregúntese: ¿estoy durmiendo mejor? ¿tengo un mejor estado de ánimo? ¿tengo más energía para jugar con mis hijos o socializar con mis amigos (respetando la distancia física, por supuesto), y ¿estoy más alerta en el trabajo o la escuela? ¿elijo alimentos más saludables?
Creo que se sorprenderá por cómo se siente.
Además de aprovechar algunos de estos beneficios, tenemos otro motivo convincente para que considere la posibilidad de ejercitarse este año. Se ha demostrado que el ejercicio moderado reduce el estrés, mejora el sistema cardiovascular y refuerza nuestro sistema inmunitario.
Y además, es asequible. Caminar y correr son actividades gratuitas. Además, los planes de salud, incluido Blue Cross Blue Shield of Massachusetts, les reembolsan a los miembros hasta $150 en gastos de bienestar, entre ellos membresías, programas o clases a través de una plataforma digital, así como membresías de gimnasios, equipos o clases de acondicionamiento físico presenciales.
Estos son algunos consejos más para cuando comience con su experimento:
- Pruebe actividades variadas. Cuando las personas me dicen que la actividad física no es para ellas, suelo pensar que eso se debe a que tienen una visión reducida de lo que es el ejercicio. Por ejemplo, un cliente me dijo que detestaba ir al gimnasio pero que le encantaba sacar a pasear al perro. Luego le conté un pequeño secreto: ¡sacar a pasear al perro es un tipo de ejercicio! Estos son algunos ejemplos de actividades que puede probar:
- Yoga, pilates y tai chi
- Caminatas, excursionismo, trote
- Entrenamiento de la fuerza (levantamiento de pesas o entrenamiento de la resistencia)
- Baile (por ejemplo, Zumba, salsa, hip hop)
- Ciclismo, ya sea en bicicleta fija o bicicleta regular en carretera, o ciclismo de montaña
- Natación
- Patinaje sobre hielo o sobre ruedas
- Deportes de invierno, como hacer esquí campo traviesa o de competición, caminar por la nieve con raquetas, deslizarse en trineo o jugar en la nieve con sus hijos o su perro
- Haga combinaciones. Para que el ejercicio sea una actividad revitalizante que pueda disfrutar, pruebe diferentes actividades o explore nuevos vecindarios, parques y caminos cuando salga a correr, caminar, hacer senderismo o montar en bicicleta.
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Dese tiempo. El ejercicio es como cualquier otra aptitud, requiere tiempo y esfuerzo para dominarlo. Con frecuencia, tenemos expectativas poco realistas que nos llevan a pensar que nos encantará la primera actividad que probemos. Es probable que eso no ocurra, ¡y eso no tiene nada de malo!
- Haga lo que le guste en este momento. En estos días, todos debemos encargarnos de muchas cosas a la vez. Por lo tanto, al momento de ejercitarse, no haga algo que le incremente el estrés. Si en este momento, salir a caminar le resulta más agradable que trotar, camine. Si prefiere tomar una clase de yoga en lugar de levantar pesas, haga yoga.
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Sea honesto con usted mismo a la hora de elegir lo que más le gusta para ejercitarse. Si le motiva comprarse un nuevo atuendo deportivo, adelante. Si detesta bajar al sótano para entrenar en la caminadora, acepte que no le gusta y busque otra actividad física que disfrute más.
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Deshágase de la mentalidad de "todo o nada". Cuando de hacer ejercicio se trata, cualquier actividad es mejor que el sedentarismo. Y si hoy no se ejercitó, no se castigue por no haberlo hecho, simplemente trate de ejercitarse mañana. Muchos de nosotros creemos que una hora de ejercicio es el período de tiempo mágico que debemos cumplir cada día pero yo le digo a mis clientes que prefiero que hagan un poco más de actividad física durante una mayor cantidad de días y no que se exijan al máximo la primera semana y terminen exhaustos.
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"Enfoque su mente en el espacio físico en el que se encuentra". Como dice un gurú de la conciencia plena, independientemente de lo que esté haciendo, trate de concentrarse en el momento que está viviendo y disfrútelo en lugar de viajar con su mente al pasado o pensar en la lista de obligaciones que debe cumplir al terminar su entrenamiento.
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Para disfrutar de mayores beneficios, salga al aire libre y ejercítese junto a un amigo. Se ha comprobado que estar en contacto con la naturaleza despierta la creatividad y reduce las hormonas asociadas con el estrés; además, entrenar con un amigo puede generar una mayor sensación de bienestar general.
Si el ejercicio no es lo suyo ¡o incluso si lo es!, espero que ponga a prueba este experimento. ¡Les deseo un nuevo año repleto de felicidad, paz, esperanza y buena salud!
Nicole Pizzi, asesora de bienestar, fue entrevistada por Rachel Coppola para esta columna.
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