20 de junio de 2023
Comer bien para la salud renal
Hace unos años, los análisis de sangre de rutina de Marcia Barry revelaron algo inesperado: tenía enfermedad renal crónica, una afección que provoca que los riñones no puedan filtrar las toxinas, desechos o exceso de fluidos de la sangre tan bien como deberían.
"Me sorprendí un poco porque me sentía bastante saludable", afirma la residente de Lynn, Massachusetts. Comenzó a ver a un especialista en riñones, quien controla sus análisis de sangre cada seis meses para asegurarse de que su afección no empeore.
Cuando Barry recibió una carta por correo de su plan de Medicare preguntándole si le interesaría recibir ayuda adicional para manejar su afección, pensó: "¿Por qué no?". Y se inscribió.
¿Qué es la enfermedad renal?
"Para muchas personas, la enfermedad renal es una enfermedad silenciosa, indetectable a menos que te realices un análisis de sangre u orina, con síntomas que no suelen aparecer hasta que los riñones están muy dañados", afirma la Dra. Ashley Yeats, médica de familia y exmédica del Departamento de Emergencias quien se desempeña como vicepresidenta de Operaciones Médicas en Blue Cross Blue Shield of Massachusetts. "A menudo los pacientes no comprenden lo que deberían hacer para manejarla. En realidad, muchas personas ni siquiera saben lo que hacen los riñones".
Además de eliminar desperdicios y el exceso de fluidos de su cuerpo, sus riñones mantienen un equilibrio saludable de agua, sales y minerales, como sodio, calcio, fósforo y potasio, en la sangre. Sin este equilibrio, los nervios, los músculos y otros tejidos del cuerpo no podrían funcionar normalmente.
Los riñones también fabrican hormonas que ayudan a controlar su presión arterial, generar glóbulos rojos y mantener sus huesos fuertes y saludables.
Si los riñones dejan de funcionar bien, una enfermedad grave, potencialmente fatal, puede seguir, incluida una enfermedad cardíaca o un accidente cerebrovascular.
La nutrición es clave
Cuando Marcia Barry decidió inscribirse para recibir ayuda adicional con su enfermedad renal, la conectaron con Jane Griffin, una dietista certificada de Blue Cross Blue Shield of Massachusetts, y Jullie Hoggan de Square Knot Health, un proveedor de telesalud que ayuda a los pacientes con enfermedad renal a comprender su afección y evaluar sus opciones de tratamiento, y que además les brinda apoyo durante todo su tratamiento. El servicio ofrecido por Square Knot, una compañía independiente, está disponible sin cargo para los miembros de Medicare Advantage de Blue Cross Blue Shield of Massachusetts con enfermedad renal crónica avanzada.
Hoggan revisó el plan de tratamiento de Barry y Griffin le explicó cómo podría hacer cambios en su dieta que la ayudarían a controlar su afección.
La nutrición es una parte importante de manejar la enfermedad renal
afirma la nutricionista Jane Griffin
"Su médico le dirá en qué áreas de la alimentación debe enfocarse, y puede trabajar con su dietista para hacer cambios sostenibles", asegura.
Griffin ofrece cuatro consejos sobre nutrición para las personas con enfermedad renal crónica:
- Mantener un peso saludable al adoptar una dieta baja en grasas que incluya muchas frutas y vegetales, cortes magros de carne y aves de corral sin piel, lácteos bajos en grasa y alimentos horneados o asados en lugar de frituras, además de realizar 150 minutos de ejercicio por semana.
- Adoptar una dieta baja en sodio: la idea es consumir menos de 2,500 miligramos de sodio por día. Revisar las etiquetas de información nutricional, comprar productos bajos en sodio y consumir más alimentos integrales y menos alimentos procesados puede ser de gran ayuda, asegura Griffin.
- Reducir las porciones de proteína animal, incluido el pollo, pescado, carne vacuna, huevos y lácteos, para que sus riñones no tengan que trabajar tan duro para procesar los ácidos producidos por estas proteínas.
- Reducir la cantidad de potasio de su dieta. La enfermedad renal puede provocar niveles altos de potasio en la sangre, lo que a su vez puede afectar el corazón. Las manzanas, los duraznos, las zanahorias, las judías verdes, la pasta, el arroz blanco y la avena son buenas opciones bajas en potasio para incluir en su dieta.
"Cada paciente es diferente", comenta Griffin, "así que es importante seguir las recomendaciones de su médico sobre el tipo de cambios en la dieta que le ayudarán a manejar su afección. Estos cambios pueden contribuir a una buena función renal además de ayudarle a mantener una buena calidad de vida".
Barry siguió el consejo de Griffin y logró resultados positivos. Luego de algunos meses, redujo su consumo de proteína animal en el almuerzo y optó por una pequeña porción de pollo o pescado para la cena en la mayoría de los días. En vacaciones, en lugar de comer una hamburguesa de queso o una pizza con pepperoni, elegía una hamburguesa vegetariana o una pizza vegetariana. Si salía a cenar pavo, comía un solo trozo de pavo en vez de dos o tres.
"Cuando reduje el consumo de carne en mi dieta, noté que mi función renal mejoró y eso me puso muy contenta", comenta Barry. "Sé que siempre tendré enfermedad renal, pero me sentí bien al saber que podía hacer algo para manejarla y ayudarme a mí misma".
Barry también redujo su consumo de sal a menos de 1,000 miligramos al día y comenzó a realizar mucho ejercicio con su caminata diaria.
Barry agradece a Griffin y Hoggan porque la ayudaron a hacer estos cambios importantes.
"No podría haber logrado nada de esto sin Jane y Jullie. No puedo explicar la maravilla de personas que son. Son mi grupo de apoyo", asegura. "Escuché lo que tenían para decirme y seguí sus recomendaciones. Me brindaron tranquilidad y me hicieron sentir acompañada".
Griffin admira el compromiso de Barry para modificar su dieta.
Estos cambios no son fáciles, pero Marcia ha hecho un gran trabajo al incorporarlos a su vida. Tendrán un efecto positivo en su salud renal y en su salud general
- Jane Griffin, nutricionista
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