29 de junio de 2023
Yoga para todos y para todos los cuerpos
Hace ocho años que soy profesora de yoga y 12 años que practico la disciplina. Me encanta alentar a las personas a que lo prueben, pero a lo largo de los años muchas veces me he encontrado con las siguientes respuestas:
"No tengo la ropa adecuada".
"No puedo doblarme como un pretzel".
"El yoga es aburrido".
Cada una de estas respuestas refleja un mito distinto sobre el yoga.
La verdad es que el yoga es una de las formas de actividad física más accesibles, emocionantes y beneficiosas que existen. Y es para todos y para todos los cuerpos.
El plan de salud sin fines de lucro Blue Cross Blue Shield of Massachusetts reembolsa a sus miembros una parte de los cargos que pagan cada año para inscribirse en un gimnasio o estudio de servicio completo que ofrezcan clases grupales presenciales o en línea con un instructor, como clases de yoga.
¿Qué sucede en una clase de yoga?
La mayoría de las clases de yoga duran entre 45 y 90 minutos, y se centran en las siguientes áreas:
- Respiración, con instrucciones sobre varios ejercicios de inhalación y exhalación.
- Posturas para ayudar a potenciar la fuerza, la flexibilidad y el equilibrio. Pueden variar en cuanto al nivel de dificultad, desde estar acostado en el piso o sentado en una silla hasta hacer posturas de equilibrio complejas.
- Meditación, para calmar la mente y ayudarle a relajarse.
Una gran variedad de beneficios
Empecé a hacer yoga porque tenía un dolor crónico en las rodillas por los deportes que practiqué en la escuela secundaria y no había muchas actividades que podía hacer que no agravaran la situación con mis rodillas. Se me ocurrió probar yoga y me inscribí en una oferta especial de "$30 por 30 días" publicitado en un estudio de mi vecindario.
Después de ese mes de clases de Vinyasa o "Flow", me sorprendí gratamente. No solo me dejaron de doler las rodillas, sino que me sentía mejor. De hecho, sentía todo el cuerpo más fuerte.
También noté que tenía mejor equilibrio, me sentía más cómoda con mi propio cuerpo y estaba durmiendo mejor.
Además, sentía la mente más despejada.
Descubrí que podía usar algunos de los ejercicios de respiración y movimientos ligeros que aprendí en las clases para calmarme en momentos de estrés. Además, la pausa incorporada al principio y al final de cada práctica me enseñó a incorporar la quietud en otras áreas de mi vida (por ejemplo, hacer una pausa y reflexionar después de una conversación difícil o una reunión intensa antes de pasar a la siguiente actividad).
Mis alumnos dicen que siguen eligiendo la práctica, incluso durante décadas, porque notan beneficios similares.
Además de mejorar la fuerza, la flexibilidad y el equilibrio, y posiblemente aliviar el dolor crónico, como la lumbalgia, a muchas personas el yoga les mejora inmediatamente el estado de ánimo. Puede ayudar a cambiar el enfoque hacia un lugar más positivo, lo que sin duda ha sido importante estos dos últimos años.
El yoga involucra a todo el cuerpo, de la cabeza a los pies, pero es eficaz, cómodo y portátil. Incluso 15 minutos por la mañana, esté donde esté, pueden suponer un buen comienzo del día.
Y con más estudios que ofrecen clases virtuales, participar de ellas es más conveniente que nunca. A mis alumnos les encanta poder conectarse a Internet y hacer una clase virtual a las 7 de la mañana antes de que empiece la jornada laboral, por ejemplo.
Muchos ven el yoga como una actividad para toda la vida, e incluso han iniciado a familiares mayores en el yoga en silla. Es una práctica que puede continuar a medida que envejecemos: he tenido alumnos de yoga en silla de hasta 96 años.
Y las posibilidades son infinitas.
Un gran mito sobre el yoga es que hay un solo tipo: el que se ve en Instagram, donde personas con un cuerpo increíble y ropa cara se doblan en posiciones absurdas.
La verdad es que hay tantos tipos de yoga y tantos estilos diferentes de enseñanza que todos pueden encontrar algo que les guste, ya sea una clase de flujo lento centrada en el estiramiento y la respiración, una clase de ritmo más rápido con una lista de reproducción animada que aumenta el ritmo cardíaco o una clase de yoga sculpt que le ayuda a fortalecer y tonificar.
Yo recomendaría a cualquiera que sea nuevo en el yoga a obtener un pase de iniciación en un estudio local y a hablar con alguien de allí sobre qué clase (o dos) podría ser la mejor para él o ella. También puede buscar en Internet, ya que hay mucho contenido bueno gratis para comenzar y tener una idea de las diferentes posturas.
Tal vez muchos de ustedes tengan la suerte de tener un entrenamiento que ya disfrutan. La buena noticia es que el yoga combina bien con otras formas de actividad física.
Además, se integra bien con la vida cotidiana.
Luego de una buena clase de yoga, le prometo que saldrá con el cuerpo y la mente listos para afrontar lo que venga después.
Nicole Molano fue entrevistada por Rachel Coppola para esta columna.
Nicole es administradora del programa de bienestar de Blue Cross Blue Shield of Massachusetts, además de asesora de salud y bienestar certificada, y profesora de yoga registrada. ¿Tiene alguna pregunta sobre bienestar que quisiera que desarrollemos en una columna? ¡Contáctenos aquí!