7 de mayo de 2021
"Quiero seguir viviendo una vida activa"
Posie Mansfield, de 72 años, técnica médica certificada en emergencias (EMT) jubilada y ex miembro de la Patrulla Nacional de Esquí que vive Essex, le ha hecho frente a muchas dificultades en torno a su salud. Como consecuencia de un ataque de la bacteria SARM (infección por estafilococo resistente a la meticilina) hace 10 años le amputaron la pierna izquierda por encima de la rodilla. Pero contó que su experiencia con el COVID-19 la asustó mucho más de lo que ya había vivido —y estaba ansiosa por recibir la vacuna. (Las investigaciones han demostrado que la vacuna es más efectiva a la hora de producir inmunidad que la infección de COVID). En una entrevista reciente, Mansfield compartió su experiencia con Coverage.
Fue el día después de Navidad. No lo sabía, pero una semana antes había estado en contacto con una persona que había dado positivo para COVID-19. Soy asmática y cuando me desperté ese día, me dolía la cabeza y tenía problemas para respirar. Me faltaba el aire, así que fui a la sala de emergencias.
Rápidamente me hicieron la prueba para COVID y dio positivo. Me pusieron oxígeno, me ingresaron y quedé hospitalizada durante nueve días. Estaba muy asustada, no podía respirar. En un momento me dijeron de conectarme a un respirador y les dije "si no había otra alternativa para evitarlo"... eso me aterrorizó.
Comenzaron el tratamiento con Remdesivir y una vía intravenosa con esteroides. No sentí un alivio de inmediato. Fue muy gradual. Estaba muy fatigada y había perdido el gusto y el olfato.
Tenía miedo de morirme, estaba muy mal. Había tenido gripe, pero esto no se le parecía en nada. Es mucho peor y las consecuencias posteriores duran mucho más tiempo y son complicadas.
Soy una persona con un miembro amputado, no podía darme el lujo de estar débil; necesitaba caminar con mi prótesis y poder funcionar. Además soy viuda y vivo sola, así que nadie podía ayudarme. Comencé con terapia física post COVID y después de dos semanas la verdad es que mejoró mucho mi resistencia y capacidad para caminar largas distancias sin quedarme sin aliento. Aunque habían pasado unos meses de haberlo tenido. Fue muy aterrador.
Nunca dudé en vacunarme, no quería volver a atravesar lo que había vivido antes. Sé que no hay un gran porcentaje de gente que se vuelve a infectar con COVID, pero no quería correr el riesgo.
También me vacuné porque quiero seguir teniendo una vida activa. Practico esquí, esquí acuático, hago surf, juego al hockey sobre hielo adaptado, ando en kayak y bicicleta.
Y las vacunas son seguras. Han estudiado el ARNm durante décadas. Ya hay trabajos e investigaciones científicas. Las personas necesitan protegerse y proteger a los demás. El COVID no es una tontería y no vale la pena correr el riesgo".