23 de nov. de 2020
Héroes en primera línea: Rev. John Kearns
En Coverage, estamos ofreciendo a los médicos, personal de enfermería, capellanes y otros trabajadores hospitalarios de Massachusetts, una oportunidad de hablar con ustedes, nuestros lectores, con sus propias palabras. Les pedimos que compartieran sus lecciones y mensajes más simples y urgentes al cuidar de pacientes con COVID-19 con inventiva, compasión y valentía.
Tenemos menos casos de COVID que en primavera, pero estamos viendo un aumento nuevamente. Un miembro del personal, que se incorporó en octubre, dijo recientemente: "siento que existe esta nube negra cubriéndolo todo".
Trabajo en atención torácica y cuidados paliativos. Parte de mi trabajo ha sido reconfortar a las familias que no pueden ver a sus seres queridos que se encuentran con soporte vital. Trabajo con pacientes y familias, ya sea que tengan necesidades religiosas o espirituales, lo que sea que los ayude a encontrar algún sentido, propósito o consuelo. Los capellanes participamos de las reuniones familiares y apoyamos a las personas en conversaciones profundas sobre cuáles son sus esperanzas y objetivos.
Lamentablemente, ese aspecto remoto de las reuniones y la comunicación ha entrado en un nuevo nivel de la atención hospitalaria. Es tan triste ver a una persona muriendo o tan enferma y frágil y que no pueda estar rodeada de las personas que necesita. Las familias están realmente sufriendo mucho por esto.
El proceso de duelo es tan complicado, repleto de oportunidades perdidas. El tema es que el personal también sufre.
Voy caminando por una de las unidades y me detengo para saludar a un enfermero y termino sentándome y teniendo una conversación mucho más larga. Hablar personalmente solo para aunque sea procesar la fatiga, el estrés, el trauma de lo que todos estamos viviendo. Veo que es un problema que continúa. Todavía están procesando el primer brote. Eso todavía perdura.
Las personas en el mundo médico y las instituciones hospitalarias están ocupadas en hacer sus tareas sin realmente detenerse y sentir lo que están atravesando. No hay tiempo, durante el trabajo o entre los brotes, para reflexionar realmente sobre lo que fueron nuestras experiencias y cómo nos afectaron y cómo todavía las llevamos con nosotros. Con la llegada del segundo brote, esa mayor ansiedad nos lleva a lo que ya atravesamos. Como grupo nos reunimos recientemente y hablamos sobre el duelo. El duelo abrumador. Algunas personas dejaron de trabajar en el hospital porque sintieron que era demasiado. Se pierden colegas en el camino.
Me sigue dejando helado cuando una persona dice que esto no es real, que es falso. Ha sido tan traumático estar en esta situación cuando nos estaba golpeando como un tsunami. Intento describírselo a las personas, pero no lo entienden. Siento el aislamiento o la separación entre las personas que se encuentran con eso cara a cara y aquellas que cuestionan si es real o no.
Pero en el hospital existe la unidad. Mi experiencia fue estar en un grupo de personas en el hospital que enfrenta esto en conjunto. Todo tipo de personas, médicos, personal de enfermería, personal hospitalario.
Luego uno conduce a casa, a veces cuando las carreteras están vacías, va a casa solo, y a veces simplemente va a un lugar vacío por miedo de propagar el COVID. Existen estos mundos paralelos.
En febrero, tuvimos que trasladar a mi mamá y a mi papá a un centro de vida asistida. Conducía después del trabajo cuando todavía era de día y me detenía en un campo y los saludaba a 50 yardas de distancia mientras se paraban junto a la ventana. Fue hace poco que pude invitarlos a almorzar una tarde. El aislamiento es duro para todos. He encontrado consuelo en las plegarias, la conciencia plena y las sesiones de terapia por Zoom.
Por suerte, vivo en un entorno rural en Plymouth, donde existe una conexión con la naturaleza. La naturaleza ofrece una gran compañía. Recuerdo notar a todos los pájaros y el regreso de la primavera: había como un retorno a la vida a pesar de todo esto. Hay un faisán dorado por mi casa. No creerían la compañía que me brinda. Viene cuando lo llamo, y yo conozco su llamada y sus pasos. Es mi compañía colorida. Ha sido un regalo inesperado.
Más de la serie "Héroes en primera línea":
Dra. Pardis Sabeti
Genetista de la Harvard University;
investigadora de enfermedades contagiosas en el Broad Institute
Labina Shrestha
Gerente de operaciones de servicios ambientales
en Brigham and Women's Hospital
Robert Elloyan
Gerente auxiliar de personal de enfermería,
unidad de cuidados intensivos y de atención cardiológica, Boston Medical Center
Maggie Beiser
Auxiliar de enfermería, cosupervisora de Boston Health Care
para el programa de carpas de aislamiento para personas sin hogar
Dr. Narayana Lebaka
Director de atención médica hospitalaria
Baystate Noble Hospital
Chelsea Lawrence
Auxiliar médico, Departamento de Emergencias
Beth Israel Deaconess Hospital–Needham
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FOTO DEL REV. JOHN KEARNS DE FAITH NINIVAGGI