23 de diciembre de 2019
Resoluciones ecológicas
En una serie de Coverage, un médico investiga las formas en las que la salud y la atención médica se ven afectadas por el cambio climático, y destaca las medidas relacionadas con el clima que las familias pueden tomar para que podamos ofrecer a nuestros hijos y seres queridos un mundo más saludable, justo y sustentable.
Si ha hecho una resolución de Año Nuevo, es probable que desee estar más en forma o ahorrar más dinero. Todo el mundo sabe que cumplir estas resoluciones no es fácil. Entonces, cuando pierda impulso en su rutina de ejercicios, o tenga la tentación de derrochar en audífonos o un Instapot, considere esto: puede perder peso y ahorrar dinero al tomar medidas que también reduzcan la contaminación por carbono. Estos son algunos consejos para transformar sus resoluciones de Año Nuevo en un plan de acción personal contra el cambio climático que podría permitirle ahorrar dinero y estar más saludable en 2020.
Reducir el desperdicio de comida
Primero, tomemos la comida. Como sabrá, el desperdicio de comida en EE. UU. es un problema alarmante. Nuestro sistema alimentario utiliza grandes cantidades de combustibles fósiles para fertilizantes, pesticidas, equipos agrícolas, transporte, refrigeración y más. Entonces, cuando se desperdicia comida, también se desperdicia su carbono incorporado, lo que la convierte en una de las mayores fuentes de contaminación del planeta. En EE. UU., los alimentos a menudo se desperdician después de que se venden en un mercado, cuando se pudren en nuestros refrigeradores o cuando los restaurantes los tiran. Aquí tiene un menú de opciones para comer más sano y reducir el desperdicio de comida en su vida:
- En casa, cree un plan de alimentación semanal. Haga una lista de los ingredientes que necesitará, luego use todo lo que tenga en su refrigerador y alacenas antes de ir a la tienda. Para obtener más ideas, consulte los consejos de la EPA para reducir el desperdicio de comida en el hogar.
- En el trabajo, pregunte acerca de los planes para abordar el desperdicio de comida en su cafetería o servicio de almuerzos. Muchos recursos pueden ayudar a las organizaciones a reducir el desperdicio de comida, como los sitios web de ReFED o WRI.
- Si se encuentra en un buffet libre, cambie la bandeja por un plato más pequeño. Esto lo ayudará a elegir porciones manejables para que no deje sobras al final de la comida. ¡Algo bueno para el planeta y su salud también!
Repensar el transporte
Para la mayoría de los estadounidenses, nuestras principales fuentes de consumo de energía son la gasolina para nuestros automóviles y los combustibles para calefacción en nuestros hogares. Para reducir su dependencia de los automóviles, puede hacer pequeños cambios que tienen un gran impacto en el mundo, su billetera y su cintura:
- Cambie su viaje una vez a la semana: ¿puede trabajar desde casa, compartir el automóvil, tomar el transporte público o ir en bicicleta al trabajo un día a la semana? Las investigaciones sugieren que incorporar actividad en su día al cambiar los viajes en automóvil por el transporte público, caminar o andar en bicicleta puede conducir a la pérdida de peso.
- Considere usar horarios flexibles: si su jornada laboral puede ser flexible, podría evitar el estrés del tráfico y al mismo tiempo reducir sus emisiones de carbono si puede salir de casa o del trabajo antes o después de la hora pico.
- Si va a comprar un automóvil nuevo: elija el modelo más eficiente en cuanto al uso de combustible que mejor se adapte a su familia y no descarte los vehículos eléctricos, que son cada vez más asequibles, tienen autonomías de batería más largas y son muy divertidos de conducir. Recuerde que puede ser elegible para importantes reducciones de impuestos del gobierno federal y en muchos estados para la compra de un vehículo eléctrico.
Mantenga el calor adentro y evite el desperdicio de energía
Los alimentos y el transporte representan aproximadamente el 40 % de la huella de carbono del estadounidense promedio. La otra gran parte del consumo de energía (alrededor de 30 %) proviene de nuestros hogares y, en particular, de la calefacción. Muchas casas pierden el 25 % de su calor, que es literalmente dinero que se va por la puerta, la ventana o el techo. Afortunadamente, existen algunas maneras sencillas de reducir el desperdicio de energía en su hogar, las cuales le permiten ahorrar dinero y reducir su huella de carbono.
- Pida una auditoría energética: muchos estados tienen excelentes programas para ayudar a los propietarios de viviendas a encontrar dónde se desperdicia la energía y dar incentivos para hacer reparaciones. Estos programas también pueden ayudar a compensar el costo de nuevas calderas, calentadores de agua, unidades de aire acondicionado y mucho más.
- Use un termostato programable: puede bajar fácilmente la configuración de temperatura en climas más fríos (y aumentarla en climas más cálidos) cuando esté dormido o fuera. Si no tiene un termostato programable, muchos de los programas estatales de energía también lo subvencionarán. En los meses fríos, reducir la temperatura entre 7-10 grados durante 8 horas al día puede permitirle ahorrar 10 % en su factura de energía.
- Desenchufe los electrodomésticos que no use: le sorprenderá la cantidad de energía que consumen nuestros aparatos electrónicos incluso cuando no los estamos usando. Puede ahorrar dinero y vatios desenchufando los electrodomésticos, las computadoras y los sistemas de entretenimiento cuando no los esté usando. Las regletas de alimentación programables pueden ayudarle a programar horas de encendido/apagado, y los monitores de consumo de electricidad pueden ayudarle a medir cuánto usa cada electrodoméstico.
El dinero no es lo único que ahorramos cuando usamos menos energía en casa. Quemar menos gas y carbón significa que hay menos contaminación del aire y una mejor salud para todos los que se encuentran a favor del viento de una planta de energía, lo que significa, sorprendentemente, la mayoría de las personas en el país.
Podemos mantenernos saludables, ahorrar dinero y reducir la contaminación por carbono sin hacer sacrificios.
Los pequeños cambios que requieren un poco de creatividad o curiosidad, como tomar una nueva ruta al trabajo, diseñar una nueva receta o participar en un programa de energía hogareña, pueden tener un gran impacto. Mientras que algunos se burlan de las acciones individuales, etiquetándolas como intrascendentes, muchas acciones pequeñas pueden inspirar otras más grandes y lo hacen. Cuando tomamos medidas en nuestras propias vidas para reducir el consumo de combustibles fósiles, enviamos el mensaje que es posible hacerlo sin dejar de vivir bien. También demostramos que nos preocupamos por el cambio climático, nuestra salud y el futuro de nuestros hijos.
Tomar medidas para vivir sin combustibles fósiles es un paso para mantenerse saludable y ahorrar dinero. Este Año Nuevo, considere cómo sus propias resoluciones pueden convertirse en un plan de acción personal contra el cambio climático. Juntos, podemos generar una aspiración más generalizada de vivir sin combustibles fósiles y apoyar medidas más grandes y audaces frente al cambio climático. Si realmente queremos que las políticas de carbono se mantengan en nuestros estados y países, nuestras propias acciones, y las resoluciones de Año Nuevo, son imprescindibles.
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El Dr. Aaron Bernstein es codirector del Centro para el Clima, la Salud y el Medio Ambiente Global de la Facultad de Salud Pública T.H. Chan de la Universidad de Harvard (Harvard Chan C-CHANGE) y es pediatra en el Boston Children's Hospital. El 15 de abril, para conmemorar el 50.° aniversario del Día de la Tierra y prepararse para los próximos 50 años, el centro organizará un simposio de medio día en el que abordará los graves efectos de la crisis climática en la salud pública y presentará a líderes que están impulsando el movimiento para un mundo más saludable. Visite el sitio web del centro para obtener más información.