15 de agosto de 2019
Adicta a los 11, activista a los 16: Emily Hamilton, miembro del elenco de Drug Story Theater interpreta el papel de su vida
A los 16, quizás sea un poco pronto para saber si Emily Hamilton se convertirá en la heroína de su propia vida. Pero Charles Dickens podría estar muy de acuerdo con que, sin duda, está en la dirección correcta.
Como para muchos héroes, su vida no ha sido fácil.
Cuando se comienza a beber a los 11, luego una amiga le da Adderall en el autobús escolar y ha pasado tiempo en diversos centros de tratamiento y salud mental antes de cumplir los 15 años de edad, la vida puede parecer un cuento épico con un final inevitablemente triste.
Ella creció en una familia en la que muchos luchaban contra el uso de sustancias y siempre ansió conectarse con otros.
"Comencé con la bebida porque era lo que estaba más disponible", recuerda la adolescente de Plymouth. "Empecé mientras estaba con amigos para intentar ser buena onda y encajar".
Y luego, un día, "estaba con una amiga y éramos muy jóvenes, tal vez unos 11 o 12 años, demasiado jóvenes para involucrarnos con cualquier droga o cosa similar. Estábamos en el baño de su casa, ella estaba maquillándome, y yo revisé el botiquín que estaba arriba del lavabo y tomé algunas píldoras de Adderal.
"Con el tiempo, ella descubrió lo que estaba ocurriendo y comenzó a dármelas en el autobús rumbo a la escuela. Y a partir de allí comenzó todo.
"Quisiera decir que me hacía sentir bien, pero no creo que haya sido así. Me hacía sentir en el momento y que no era parte de nada. Creo que "feliz" no es la palabra apropiada. Podía soltarme y divertirme un poco.
"Luego, se convirtió en algo que hacía a solas, era solo yo bebiendo o fumando, porque simplemente quería olvidar. No había mucho que quisiera recordar en ese momento, porque mi cabeza siempre estaba acelerada por la ansiedad y la depresión.
Me drogaba tanto que, al día siguiente, no recordaba lo que había pasado".
"Sí recuerdo que después de tomar Aderall, cada una de las veces... me sentía horrible y me arrepentía de haberlo hecho".
Con el tiempo, Emily terminó hospitalizada por el consumo de drogas, y la dolorosa sensación de vacío y desesperación.
Fue el tiempo que Emily pasó en recuperación en el High Point Treatment Center en Middleboro el que la ayudó a entender la conexión entre el uso de sustancias en su familia, y los sentimientos persistentes de ansiedad y depresión que la atormentaban.
"Ir al hospital psiquiátrico fue realmente muy duro... y he estado allí algunas veces", relata. "Tenía 13, era la más pequeña allí. No fue para nada fácil. Es aterrador y solitario, pero era lo que necesitaba para estabilizarme. Ellos nos vigilaban todo el tiempo para asegurarse de que no nos lastimáramos".
Luego de las estadías en el hospital psiquiátrico, llegó lo que Emily llama el "tratamiento real" en un centro residencial comunitario de tratamiento agudo donde convivió con otros adolescentes. Ella le atribuye el "amor duro" que necesitaba al tiempo que pasó allí. "Me cambió mucho".
Más tarde, ingresó en un programa llamado Clean And Sober Teens Living Empowered, o CASTLE, bajo la dirección del Dr. Joseph Shrand.
"Me había sincerado con el Dr. Shrand acerca de la bebida y la ingesta de píldoras", dijo Emily, "y él pensó que podía ser una buena candidata para su Drug Story Theater".
Shrand, instructor de Psiquiatría en la Facultad de Medicina de Harvard, también es miembro del elenco original del programa "Zoom" de PBS durante la era de 1970. Drug Story Theater es la fusión de su amor por el teatro infantil y su conocimiento sobre cómo funciona el cerebro adolescente.
El grupo enseña técnicas de teatro improvisado a adolescentes en las primeras etapas de recuperación de consumo de drogas y alcohol, y les ayuda a crear sus propias historias únicas para convertirlas en obras teatrales que interpretan ante públicos de escuela media, escuela secundaria y universidades en todo Massachusetts, en sociedad con Blue Cross Blue Shield of Massachusetts.
"Nuestras actuaciones exploran la ciencia del cerebro adolescente y por qué corre el mayor riesgo de sufrir adicciones durante toda su vida", dice Shrand
Hoy en día, hay una especie de sabiduría duramente adquirida detrás del resplandor de la sonrisa de Emily Hamilton. Su lucha por lograr y mantener la sobriedad la ha dejado más madura de lo que debería ser para su edad.
Sí, ella es la adolescente que tiene un empleo de medio tiempo, y el sueño de ir a la universidad y ser un ejemplo para su hermanita. Pero Emily Hamilton también es la sobreviviente de una batalla con el tipo de demonios que no dan tregua.
Su proceso de autodescubrimiento le ha enseñado que los médicos clínicos pueden brindar tratamiento y programas, pero, en definitiva, cada persona (cada héroe) tiene que comprometerse a cambiar.
Ella sabe que quizás no logre convencer a otros seres queridos de que mantenerse sobrios vale la pena el esfuerzo.
"Todo lo que puedo hacer es mostrarles el camino y hacer lo posible por acompañarlos", dice.
FOTO POR FAITH NINIVAGGI