"Vamos manzana por manzana"

Un innovador programa de vacunación está llevando vacunas a vecindarios, manzana por manzana, en áreas con la mayor necesidad en todo Massachusetts.

​Patrocinado por Blue Cross Blue Shield of Massachusetts en colaboración con Field First, Cataldo Ambulance Service y la Mancomunidad de Massachusetts, el programa barrial ahora está dando apoyo a las comunidades en New Bedford y Fall River. Las iniciativas incluyen clínicas móviles y colaboraciones con comerciantes, organizaciones comunitarias y escuelas para dar educación y acceso a vacunas.

"Las vacunas son seguras, eficaces y la mejor herramienta que tenemos para luchar contra el COVID-19, incluso las nuevas variantes", afirma la Dra. Sandhya Rao, directora médica en Blue Cross Blue Shield of Massachusetts.

"No se trata de una tarea menor. Vamos manzana por manzana", dice Damon O. Chaplin, director del Departamento de Salud Pública de New Bedford, y agrega que espera llevar a una tasa de vacunación en toda la ciudad del 70% y subir del 55% actual. "Pero solos no podemos lograrlo. Necesitamos a la comunidad".​

Los funcionarios de salud pública destacan que mucha gente no se ha vacunado por diversos obstáculos como las barreras idiomáticas, la desinformación, la falta de alguien que cuide a los hijos y la cuestión de que los padres suelen tener dos trabajos. La región de la Costa Sur tiene una de las tasas de vacunación más bajas en el estado.

Para abordar esos desafíos, contamos con voluntarios que hablan diferentes idiomas armados con panfletos que explican la vacuna para informar a los residentes y alentarlos a vacunarse.

​No obstante, quizás la mejor persuasión surja de los mismos miembros de la comunidad. Carl Alves es uno de ellos. En poco más de un año, ha perdido a seis amigos y familiares a causa de este virus letal.

"Ninguno pensó que se iba a contagiar el virus y ninguno pensó que moriría", cuenta Alves, integrante de la red provacunas "Vax Connect".

En una clínica que se llevó a cabo recientemente, bajo una carpa sobre una pequeña área de grama entre frente a un fondo de casas de tres plantas, los equipos médicos de Cataldo Ambulance Service administraron la vacuna a los que pasaban por allí. Entre los primeros en vacunarse ese día estuvo Jasmin Endisch, de 34 años, que llegó al parque tras ver a un alto globo inflado que bailoteaba al viendo promoviendo el centro de vacunación.

Endisch cuenta que esperaba que recibir una dosis de la vacuna Pfizer calmara la ansiedad que viene acarreando durante la pandemia.

​"Sé que tomé una decisión responsable porque ahora no puedo enfermar a ninguna otra persona", dice, y agrega que los $25 en tarjetas de débito, parte de la promoción de vacunación, hizo que la decisión fuera incluso más feliz.

Marianne Rose, de 56 años, no se vacunó por lo de las tarjetas de débito. Fue enterarse de que los índices de contagios de COVID se estaban disparando en todo el estado.

​"Eso me despertó", cuenta. "No quería morir porque no me había vacunado", agrega, y aclara que el aislamiento tras meses de cuarentena la hicieron darse cuenta de lo mucho que extrañaba a su familia y amigos. Ahora vacunada, dice que espera regresar a Florida, donde vivió por más de 20 años.

Marvin Leiva, 26 años, de Framingham, estaba trabajando como chofer de camión para promotores de la vacuna cuando decidió aprovechar la oportunidad y vacunarse aunque no es residente de New Bedford.

"Me di cuenta de que ya no tendré que preocuparme tanto por el virus", cuenta.

​El objetivo también es impulsar a los líderes de salud.

​"Para nosotros ha sido un largo camino", dice Chaplin. "Pero todavía no se acabó. Todavía tenemos largo trecho por recorrer".

^{FOTOS DE CHRIS EVANS}