30 de oct. de 2020
Corazones contentos, manos amigas
Los expertos afirman que idear nuevas formas innovadoras de hacer voluntariado es fundamental no solo para organizaciones sin fines de lucro bajo una presión sin precedentes en medio de la pandemia, sino también para el bienestar emocional durante un momento de ansiedad y aislamiento.
"Todos somos seres sociales y también sabemos que ser generosos nos ayuda a sentirnos positivos", afirma el Dr. Ken Duckworth, director médico de la National Alliance on Mental Illness y director médico sénior de salud conductual de Blue Cross Blue Shield of Massachusetts, cuya Semana de Servicio que se celebra en toda la empresa este año atrajo a miles de empleados a participar en proyectos de voluntariado remoto y seminarios web sobre justicia social. "El voluntariado combina estos dos elementos clave de la salud mental, incluso si el trabajo que estamos haciendo es en casa o se hace en línea".
Mayor necesidad
La pérdida de empleos generalizada y el desempleo han generado una demanda enorme de servicios sociales. Por ejemplo, los que trabajan en defensoría están viendo una subida a nivel nacional en inseguridad alimentaria, lo que está ejerciendo una presión extraordinaria sobre los bancos de alimentos y comedores comunitarios.
"Este incremento en la necesidad de alimentos de emergencia es algo que nunca antes habíamos visto", afirma Catherine D'Amato, presidenta del The Greater Boston Food Bank, el banco de alimentos más grande de Nueva Inglaterra. "Se estima que la inseguridad alimentaria aumentó en un 66 % en Eastern Massachusetts, donde 1 de cada 8 adultos y 1 de cada 5 niños está teniendo dificultades para acceder a alimentos. Para nuestra organización, esto significa aumentar la cantidad de alimentos que distribuimos cada semana de poco más de 1 millón de libras a 2.5 millones de libras. Creemos que el alimento es salud, y eso es mucho más evidente ahora que estamos respondiendo a esta crisis económica y de salud pública".
Menor cantidad de voluntarios
Al mismo tiempo, las organizaciones sin fines de lucro están viendo una caída en la cantidad de voluntarios dado que las poblaciones mayores, que conforman un gran porcentaje de los voluntarios de la mayoría de las organizaciones, se quedan en sus casas para evitar el riesgo de exposición. Muchos también han tenido que cambiar sus turnos laborales para evitar que haya demasiada gente en las instalaciones y cumplir con el distanciamiento físico como corresponde.
"Pine Street Inn depende muchísimo de voluntarios que se encargan de preparar, cocinar y servir tres comidas al día a nuestros miembros. La mayoría de nuestros voluntarios son mayores y tuvimos que pedirles que no vengan por su propia vulnerabilidad", cuenta Lyndia Downie, presidenta y directora ejecutiva de Pine Street Inn, el principal proveedor de ayuda a personas sin hogar con servicios, vivienda, refugio y capacitación laboral en Nueva Inglaterra. "Para nosotros fue una tormenta total, porque también tuvimos personal que se vio afectado así que teníamos casi cero personal".
A meses de empezada la pandemia, cuenta Downie, "solo el 5 % de nuestros grupos de voluntarios están de regreso. Estamos cubriendo la grieta lo mejor que podemos y estamos aprovechando nuestra base de voluntarios más joven para cubrir esa necesidad".
Cambiar los modelos de servicio
Las organizaciones sin fines de lucro están cambiando drásticamente sus modelos de servicio para seguir ayudando a sus integrantes de manera segura y eficaz.
Por ejemplo, los bancos de alimentos ahora operan dando paquetes listos para llevar o distribuyendo productos con atención sin que haya que bajarse del vehículo.
Project Bread —una organización sin fines de lucro de Massachusetts que conecta a personas y comunidades con fuentes confiables de alimentos y aboga por políticas para hacer que la comida sea más accesible— vio una necesidad de proporcionar alimentos saludables a niños en edad escolar que de repente no estaban asistiendo a la escuela.
"Para los niños de bajos recursos, el 50 % de su ingesta diaria de calorías puede provenir de las comidas que les dan en la escuela. El primer desafío que enfrentamos fue llevar las comidas de la cafetería a la comunidad para asegurarnos de que estos niños siguieran recibiendo su alimento. Ayudamos a asesorar y otorgar subvenciones a distritos escolares y organizaciones sin fines de lucro para montar 1,800 centros de comidas en todo Massachusetts", cuenta Erin McAleer, presidenta de Project Bread. "El segundo desafío fue asegurarnos de que las familias supieran cómo acceder a estos centros escolares, y también a otros recursos. Para hacerlo creamos un mapa interactivo con los 1,800 centros de comidas y lanzamos una campaña para dar a conocer nuestra FoodSource Hotline y así garantizar que la gente de todo el estado supiera a dónde podía llamar para recibir ayuda confidencial para acceder a distintos recursos alimentarios, en 180 idiomas".
Otras organizaciones que trabajan con jóvenes han adaptado sus modelos tradicionales en personal creando contenido virtual y kits para llevarse a casa para que los niños accedan a programación en sus hogares.
Message of Hope Foundation entrega Happy Hope Bags llenas de actividades divertidas para los niños hospitalizados con enfermedades crónicas o potencialmente mortales. Antes del COVID-19, la organización coordinaba cientos de eventos cada mes para que equipos de todos los tamaños armaran bolsas, ya en en la Happy Hope Factory en Pocasset, Mass. o en otras ubicaciones en todo el país.
"Las limitaciones necesarias para los eventos en persona sin duda han sido todo un desafío, pero también nos han dado la oportunidad de cambiar a un nuevo método de compartir esperanza tanto con los voluntarios como con los beneficiarios, y estamos muy contentos por eso", dice Emi Burke, fundadora de Message of Hope. "Estamos orgullosos de que pudimos seguir ofreciendo experiencias de voluntariado e integración adaptadas a las necesidades de nuestros socios, aunque no nos podamos reunir cara a cara. Nuestros eventos virtuales de empaque de Happy Hope Bags les dan a los participantes remotos una forma inspiradora, creativa y divertida de conectarse, junto con una actividad práctica ofrecida directamente con anticipación, y así es fácil que todos los que quieran seguir haciendo el bien y ayudando a la comunidad puedan hacerlo sin importar donde estén".
La nueva era de voluntariado
Como dice Duckworth, en medio de la devastación del COVID-19, muchos sienten un impulso de conectarse y ayudar a los demás.
"El espíritu de ser parte de la comunidad y servir a otros está en auge", sostiene Danielle Holly, presidenta de Common Impact, una organización reconocida en todo el país que se dedica a conectar a empleados corporativos con organizaciones sin fines de lucro para que den su apoyo pro bono.
En los últimos meses hemos visto un aumento del 200-300 % en el interés e intención de participar en actividades de voluntariado. Sabemos que la gente quiere ayudar.
No obstante, las normativas de salud siguen limitando la cantidad de voluntarios y las tareas que se pueden hacer.
En respuesta, algunas compañías incluida Blue Cross Blue Shield of Massachusetts han modificado sus programas de voluntariado corporativo para cubrir las nuevas limitaciones y exigencias de las organizaciones sin fines de lucro.
En septiembre, Blue Cross rediseñó su día de voluntariado que se celebra en toda la compañía y lo convirtió en una semana completa de programación. Durante toda la semana los empleados pudieron retribuir a través de 65 proyectos virtuales y en persona, y por primera vez pudieron participar en sesiones educativas en línea enfocadas en el impacto del COVID-19 y la inequidad racial.
"Normalmente como parte de nuestro Día de Servicio anual, nuestros colaboradores se dispersan por toda la Mancomunidad y hacen actividades de voluntariado para apoyar a organizaciones sin fines de lucro que se dedican a mejorar la salud de los residentes de Massachusetts", cuenta Lucy Darragh, directora de participación cívica y ciudadanía corporativa de Blue Cross. "Este año por la pandemia, sabíamos que tendríamos que alterar nuestro modelo sin dejar de cubrir las necesidades de nuestros socios sin fines de lucro, y la necesidad de nuestros empleados de contribuir, y a la vez garantizar la salud y seguridad de todos los involucrados".
Se organizaron proyectos para completar en casa como coser botones en gorras para ayudar a los miembros de Boys & Girls Club of Lowell a mantener sus mascarillas bien puestas en su lugar. Algunos voluntarios grabaron libros infantiles para ayudar a Message of Hope y Cardinal Cushing a armar bibliotecas virtuales para los niños a los que prestan servicio. Otros escribieron notas amables y cartas personales para alegrar a adultos mayores solitarios con Love for our Elders y Letters Against Isolation, e hicieron mantas calentitas para personas que sufren enfermedades mentales y adicciones con Annie's Kindness Blankets.
Blue Cross también ofreció proyectos comunitarios en persona para apoyar a 25 organizaciones sin fines de lucro de todo el estado que dependen del trabajo de voluntarios para sus operaciones esenciales. Para cumplir con los nuevos protocolos de seguridad, en los proyectos de este año se impuso un límite de participación de hasta 10 personas, en comparación con los grupos grandes de 50 con los que se trabaja normalmente, y los voluntarios tenían que usar mascarilla y respetar el distanciamiento físico siempre que fuese posible.
"Después de varias conversaciones con socios existentes y nuevos, también nos dimos cuenta de que necesitábamos encontrar otra forma de aprovechar el trabajo de nuestros colaboradores que normalmente apoyarían a nuestros socios sin fines de lucro que no podían recibir voluntarios durante este difícil momento", dice Darragh.
Así que Blue Cross presentó 16 sesiones de aprendizaje en línea con debates con líderes de organizaciones sin fines de lucro, cívicas y de atención médica. En estas charlas se habló sobre los efectos del COVID-19 y la desigualdad racial, así como de las soluciones necesarias para crear comunidades más saludables y más justas.
"Queríamos que nuestros colaboradores salieran de estas sesiones con el conocimiento y las herramientas para promover el trabajo increíble que están haciendo estas organizaciones en primera línea", dice Darragh. "En este momento en el que la capacidad de voluntarios es limitada, reconocemos que fue más importante que nunca ofrecer a nuestros colaboradores oportunidades de retribuir y apoyar a nuestros socios sin fines de lucro que están trabajando de maneras profundas para abordar los desafíos complejos que estamos enfrentando en la actualidad".
En este momento en el que la capacidad de voluntarios es limitada, sentimos que fue importante ofrecer a nuestros colaboradores diversas oportunidades de retribuir y ayudar a nuestras comunidades.
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FOTO DEL DR. KEN DUCKWORTH POR FAITH NINIVAGGI Y VIDEO DE LA SEMANA DE SERVICIO 2020 POR MIKE GRIMMETT