24 de oct. de 2018
Expertos médicos afirman que un plebiscito sobre personas transgénero podría afectar la salud pública
Los expertos en políticas sanitarias advierten que un plebiscito en Massachusetts podría tener consecuencias graves en la salud pública si repele una ley estatal que previene la discriminación contra las personas transgénero en lugares públicos.
"Si la gente no recibe atención cuando debería, demorar la atención será costoso... los costos de atención médica serán muchísimo más altos y los hospitales terminarán sobrecargados", dice Pam Klein, enlace de enfermería del Center for Transgender Medicine and Surgery de Boston Medical Center y el programa Transgender Program Manager for the Boston Health Care for the Homeless. "Cuando se aprobó la ley fue muy emocionante. ¿Qué tipo de mensaje se le envía a la gente si quitamos activamente esas protecciones? En ese contexto, cualquier motivo adicional para no sentirse bienvenido o ser expulsado profesionalmente de un lugar público es una preocupación válida".
La pregunta 3 del plebiscito del próximo mes revertiría la ley estatal de 2016 donde se prohíbe la discriminación con base en identidad de género en cualquier lugar donde se permita el ingreso al público en general, lo que incluye hospitales y clínicas de salud, junto con comercios, restaurantes, museos, cines, hoteles, parques y cualquier otro lugar abierto al público. Un voto afirmativo en el plebiscito mantendría la ley, mientras que un voto negativo la derogaría.
Según una de las asociaciones de salud más grandes del estado, derogar la ley podría menoscabar la salud pública en el estado.
"Desde una perspectiva de salud pública en general, a MHA le preocupa que la revocación de las protecciones para personas transgénero podrían limitar los derechos de estas personas y su capacidad de usar con comodidad ciertas instalaciones públicas por su género declarado", dice Pat Noga, vicepresidenta de Asuntos Clínicos de la Massachusetts Hospital Association. "El no buscar atención médica apropiada podría tener como resultado un agravamiento peligroso de la salud de una persona, y en el caso de iniciativas de salud públicas recomendadas como la vacunación contra la gripe, también podría elevar los riesgos de enfermarse para la comunidad más amplia".
"Cuando uno se pone a pensar en toda la gente que interactúa con la población transgénero —familiares, amigos, compañeros de trabajo, etc.— es cuando vemos las implicancias reales de no proteger el acceso de una persona a atención médica", dice Desiree Otenti, subdirectora de Políticas médicas de Blue Cross Blue Shield of Massachusetts (arriba).
Blue Cross, la aseguradora más grande del estado, ha respaldado públicamente el voto afirmativo para el punto 3, junto con muchos de los grupos empresariales del estado.
Sara Schnorr recuerda con dolor cómo era evitar acudir al médico por temor a sentirse incomprendida o no bien recibida en un consultorio médico.
Durante una consulta a su médico por congestión de pecho, Schnorr (arriba) recuerda que le dijo que estaba tomando suplementos de hierbas feminizadores, y él se burló de ella e insistió en que era un hombre.
No volvió a acudir a un médico durante los siguientes 10 años.
"Me sentí increíblemente avergonzada", dice Schnorr, quien hizo su transición en 2009 y es abogada en Locke Llord LLP. "Cuando finalmente compartí un secreto que era muy difícil de contar, me hizo sentir despreciable. Sé que a millones de personas transgénero de todo el país les sigue pasando lo mismo".
Los expertos están de acuerdo en que la discriminación puede tener consecuencias de salud transcendentales.
"La ley de no discriminación no garantiza una bienvenida, pero sí garantiza que las personas tengan una herramienta para proteger sus derechos", dice Carl Sciortino, portavoz de Fenway Health, que se fundó para atender a lesbianas, gays, personas transgénero y otros miembros de la comunidad. "Sin eso, uno puede sufrir discriminación sin tener ningún recurso".
"En cualquier momento en que hay una población marginalizada, no obtener una atención suficiente pone a todos en riesgo", dice Otenti. "Cuando se enferman, afecta el trabajo de todos".
En un estudio encargado por Fenway Health en 2013, antes de que se aprobara la ley, se descubrió que el 65 por ciento de los residentes transgénero indicó haber sufrido discriminación en lugares públicos en el último año.
El estudio demostró que la discriminación estaba asociada a un aumento en los problemas de salud, entre ellos estrés y asma, y, en consecuencia, los encuestados no podían acceder a atención médica. El cinco por ciento de los encuestados dijo que se le había denegado tratamiento directamente por su identidad de género, y el 24 por ciento dijo que no intentaba acceder a servicios médicos de rutina por la discriminación que sufría.
Cuando se le pidió su opinión sobre las consecuencias de salud pública del plebiscito, Yvette Ollada, defensora del No en el punto 3, extendió la siguiente declaración: "Nos preocupan los depredadores en los vestidores y baños femeninos. Hay que derogar esta ley para proteger a las mujeres. La legislatura tiene que empezar de cero para proteger a todos y a su salud".
La ley aclara que no se puede abusar de las protecciones antidiscriminación con fines inapropiados. Este año, el Williams Institute de la Facultad de Derecho de UCLA hizo un estudio de los registros policíacos de Massachusetts y no encontró ningún vínculo entre las leyes antidiscriminación y delitos relacionados con baños. El estudio indica que este tipo de incidentes "son poco frecuentes y no están relacionados con las leyes".
Con la ley vigente, los pacientes transgénero tienen la capacidad de enfrentar legalmente la discriminación, algo que Schnorr dice puede ser literalmente un salvavidas.
"Es bueno para la autoestima de la gente, pero también ayuda a que las personas se sientan más dispuestas a salir en público y acceder a todo tipo de servicios de salud que todos necesitamos para vivir", dice.
Schnorr cuenta que ahora sus proveedores de atención médica la tratan bien, pero pasar una década sin hacerse controles con regularidad fue peligroso, dado que en su familia tiene antecedentes de muertes tempranas y enfermedades cardíacas. Evitar acudir a un profesional médico lleva a automedicarse y a tener problemas sin diagnosticar, y al no poder contar con ayuda profesional, las personas transgénero no tienen a quién acudir.
"Enfermarse siendo transgénero", dice, "para mucha gente de la comunidad es lo mismo que una sentencia de muerte".
FOTOS POR MIKE GRIMMETT