19 de ene. de 2021
Un tiempo de unidad
Mientras honramos al Dr. Martin Luther King Jr. y esperamos con ansias el Mes de la Historia Afroamericana, la pediatra y líder de Diva Docs, Dra. Philomena Asante, reflexiona acerca de los desafíos y la promesa que se avecina.
Más de 50 años después de la muerte del Dr. Martin Luther King Jr., aún seguimos esforzándonos para lograr muchas de las cosas por las que él luchó con tanta devoción: justicia social. Igualdad. Paz. Unidad.
La pandemia del COVID-19 se ha cobrado un precio desproporcionado en las comunidades de color, donde se llevó las vidas de estadounidenses de color a una tasa de aproximadamente tres veces el índice de mortalidad de sus pares blancos, lo que exacerbó las existentes inequidades en la salud. Estas desigualdades vienen de décadas de injusticia racial, semillas de racismo estructural e institucional que se sembraron hace años, lo que trae como consecuencia que la gente de color sea más propensa a estar expuesta al virus y a menudo tenga menos posibilidades de protegerse mediante el fácil acceso a pruebas de detección y un equipo de protección personal adecuado. Los efectos se ven claramente.
En los EE. UU., los trabajadores de primera línea son en gran medida personas de color. Si usted es un trabajador esencial, probablemente haya tenido que ir al trabajo en las primeras etapas de la pandemia, cuando aún no sabíamos la verdadera naturaleza de este virus o la manera más efectiva de protegernos del mismo. Es posible que no haya tenido un equipo de protección personal adecuado o ni siquiera licencia paga por enfermedad para quedarse en casa. Por otro lado, si tiene un trabajo de oficina con mejor salario, probablemente ha podido trabajar de manera remota.
Si no tiene un seguro de salud, quizás haya sido reacio a ir al médico o al hospital por falta de aire o un pico de fiebre; mientras que si tiene seguro, probablemente haya buscado atención médica inmediatamente que ayudó a salvar su vida.
Si vive en un edificio de apartamentos atestados con varias generaciones de su familia, usted corre un mayor riesgo de contraer el virus y transmitirlo a sus seres queridos. Si puede permitirse habitaciones más grandes o vivir en un vecindario seguro con mucho espacio verde, podrá mantener de mejor manera la distancia física y hacer actividades al aire libre que le ayuden a evitar la infección.
Sabemos que el racismo en sí mismo provoca estrés crónico y el estrés está correlacionado con enfermedades crónicas como la obesidad, la hipertensión y las enfermedades cardíacas. Estas afecciones preexistentes pueden, a su vez, aumentar su riesgo de sufrir una enfermedad grave por infecciones como COVID, en un círculo vicioso.
Las personas de color también se han visto devastadas por los efectos económicos de la pandemia. La crisis de la atención médica y la recesión resultante han convertido la diferencia racial que existe en numerosas áreas de nuestra sociedad, acceso a necesidades básicas como alimentos, vivienda y atención médica, en un abismo.
Es fácil sentirse increíblemente desanimado.
Creo que el Dr. King, incluso después de observar todo lo que está sucediendo en nuestro país en este momento, no querría que perdiéramos la esperanza en nuestros sueños de igualdad racial, justicia social y equidad en la salud.
En vez de eso, el Dr. King nos hubiera preguntado qué está haciendo cada uno de nosotros en este momento para seguir avanzando: ¿Cómo vamos a vencer a estos dos virus generalizados, el COVID-19 y el racismo? ¿Cómo abordamos las inequidades en la salud que la pandemia ha dejado tan en evidencia?
Las respuestas a ambas preguntas son las mismas y se basan en las enseñanzas del Dr. King: debemos escucharnos unos a otros, reunirnos y cuidarnos unos a otros, como nos enseñó a hacer el Dr. King.
Todos tenemos un rol que desempeñar a la hora de entablar conversaciones honestas y difíciles. Debemos crear espacios seguros para hablar sobre raza y racismo para que podamos enfrentar nuestros propios miedos y nuestros miedos con respecto a los demás.
Debemos hacer un análisis profundo sobre el rol que los prejuicios conscientes e inconscientes juegan en nuestro sistema de atención médica, incluida la forma en que personas de diferentes orígenes pueden acceder a la atención médica y a la calidad de atención que reciben.
Si de verdad vamos a tener una sociedad antirracista, se comienza con personas de todas las razas interactuando entre sí, aprendiendo más unos de otros y comprendiéndose unos a otros.
No nos olvidemos que el Dr. King creó una coalición de personas de todas las razas, grupos étnicos y religiones que se reunieron, unidos por la idea de la igualdad racial y la justicia social.
Cuando nos reunimos y entendemos que la persona que está a nuestro lado comparte algunas de las mismas esperanzas, sueños, preocupaciones e inquietudes, y que no son el enemigo sino seres humanos como nosotros, finalmente comenzamos a sanar.
Y finalmente podemos comenzar a cuidarnos unos a otros.
Cuando nos cuidamos unos a otros, cuidamos a los que no tienen seguro, a los que tienen seguros deficientes, a los que no tienen seguridad alimentaria, a las personas sin hogar y a los enfermos mentales.
Cuando cuidamos a los otros, usamos una mascarilla.
Cuando cuidamos a otros, mantenemos la distancia social y nos lavamos las manos.
Cuando cuidamos a otros, trabajamos para garantizar que aquellas personas que viven en comunidades menos favorecidas tengan igual acceso a la vacuna contra el COVID.
Cuando cuidamos a otros, nos aseguramos de que aquellos que corren mayor riesgo de contraer la enfermedad de COVID o de que se les agrave,como los ancianos, las personas con afecciones preexistentes, aquellos que desempeñan trabajos de primera línea y aquellos que viven en residencias o instituciones grupales,reciban la vacuna primero.
Sabemos que como sociedad, somos tan saludables como nuestro vecino más enfermo.
La gran ironía de este virus es que no importa lo fracturado y herido que esté nuestro país, debemos unirnos para poder vencerlo. No podemos hacerlo solos.
Por este motivo, el mensaje del Dr. King, de igualdad, esperanza y, sobre todo, unidad, es tan apropiado ahora como ha sido siempre.
La Dra. Asante fue entrevistada por Rachel Coppola para esta columna.
Foto de la Dra. Philomena Asante, por Faith Ninivaggi