4 de septiembre de 2020
"Llegó la hora de redoblar la empatía"
Los virus mortales no son cosa nueva para la Dra. Pardis Sabeti. Sabeti, una de las principales genetistas a nivel mundial e investigadora de enfermedades infecciosas del Broad Institute en Cambridge, Mass., atrajo por primera vez los titulares del mundo cuando lideró un equipo de científicos que investigaba muestras de pacientes con Ébola en África occidental en 2015. La secuenciación genómica del equipo derivó en un descubrimiento crucial a principios del brote: el virus se estaba transmitiendo entre seres humanos, no desde animales o mosquitos.
Actualmente, Sabeti enfrenta una pandemia en suelo estadounidense; una que puede transmitirse a partir de pacientes asintomáticos y que se ha disparado en todo el país sin mucho control. Su trabajo se torna más relevante que nunca, ya que tanto ella como sus colegas trabajan para encontrar maneras innovadoras de frenar a este nuevo asesino.
Sabeti habló con Coverage sobre las investigaciones de COVID-19 que se están llevando a cabo en el Broad Institute, lanzadas por Harvard University y MIT en 2004, para usar la genómica para aumentar nuestro entendimiento acerca de la biología y el tratamiento de la enfermedad humana, y para ayudar a disponer los preparativos para una nueva generación de terapias. Sabeti también habla sobre los desafíos únicos de esta pandemia y la importancia de la empatía durante los brotes.
¿Cuáles son algunas de las lecciones más importantes que ha aprendido durante la preparación para la pandemia?
Muchas de las lecciones que otras personas y yo hemos mencionado en pandemias previas se entienden ahora a nivel general, más concretamente la importancia de detectar brotes a través del rastreo de contactos, antes de que tengan la chance de propagarse extensamente. Desde mi experiencia en la primera línea de la pandemia del Ébola, también aprendí en qué medida nuestros comportamientos humanos se convierten en parte del problema. Esto me llevó a escribir un libro con la periodista Lara Salahi, titulado "Outbreak Culture (Cultura del brote)". "Outbreak Culture" explora la manera en que las personas que trabajan de cerca en política y ciencia, combinado con amenazas traicioneras y mortales e incentivos perversos para explotar vulnerabilidades, crean un crisol de paranoia y miedo. Una "cultura del brote" disfuncional representa una gran amenaza a nuestra capacidad de frenar brotes y salvar vidas, y debemos estar continuamente atentos y desarmar sistemas de respuestas tóxicas donde sea posible. Creo que las personas recién están comenzando a entender la gravedad de la cultura del brote y la forma en que opera en medio del COVID.
¿Cuáles son algunos de los desafíos que ve en el horizonte?
Necesitamos comunidades resilientes que puedan hacer el mejor trabajo frente a las enfermedades infecciosas. Con la confianza puesta en nuestros compañeros ciudadanos, nuestros líderes y nuestros científicos tan subestimados en esta época, es fundamental trabajar dentro de la comunidad, con los pies sobre la tierra. Debemos escuchar a los miembros de la comunidad, respetar sus opiniones y entender sus miedos. Me preocupé cuando los científicos caracterizaron a aquellos que no estaban de acuerdo con nosotros como ignorantes o algo peor. Debemos escuchar y respetar a nuestros vecinos.
Es hora de redoblar la empatía.
Si no trabajamos con las comunidades y las apoyamos de buena manera, terminamos provocando más daño que bien.
¿En qué aplicaciones y diagnósticos de COVID está trabajando en el Broad?
Durante los últimos cinco años, hemos desarrollado tecnologías para mejorar la concientización de la comunidad y para acercar a individuos y partes interesadas información sobre brotes en tiempo real. Durante este tiempo, hemos entendido que para poder hacer eso bien, debemos brindar a los individuos datos que sean verdaderamente útiles para ellos. A lo largo de los años, hemos desarrollado modelos de aprendizaje con máquinas, desarrollados dentro de las aplicaciones, que permiten a los trabajadores de atención médica que se encuentran en la primera línea, grabar datos clínicos y sintomáticos y recibir predicciones sobre diagnóstico y pronóstico.
También hemos desarrollado aplicaciones centradas en el ciudadano, en las que las personas pueden ingresar los síntomas y sus contactos recientes para recibir actualizaciones y predicciones en cuanto al riesgo de un agente patógeno que circula, ya sea COVID, gripe u otra cosa. Esas mismas aplicaciones también pueden capturar resultados de pruebas rápidas de diagnóstico a medida que estén disponibles.
En general, nuestro objetivo es acercar lo más posible la conciencia situacional y la tecnología de diagnóstico al individuo.
Para eso, hemos desarrollado métodos de diagnóstico utilizando la tecnología CRISPR. CRISPR es una herramienta de biología molecular natural que se descubrió por primera vez dentro de los sistemas inmunes bacterianos, donde se utiliza para proteger a las bacterias de agentes patógenos invasores. Es sumamente poderoso como herramienta de investigación, ya que se puede diseñar para detectar cualquier secuencia de material genético con una precisión impresionante. Hemos desarrollado métodos de diagnósticos virales basados en CRISPR a los que llamamos Carmen y Sherlock. Sherlock podría detectar rápidamente patógenos utilizando un pequeño equipamiento y un simple lector con una tira de papel, mientras que Carmen podría usar tecnología microfluídica para probar hasta 5,000 muestras al mismo tiempo para una variedad de virus.
Como investigadora de enfermedades infecciosas, ¿qué es lo más sorprendente de este virus en particular?
Lo más desafiante del SARS-CoV-2 es su propagación asintomática; el hecho de que puede circular y ser propagado por varias personas, muchas de las cuales no presentan síntomas ni tienen conocimiento de que están infectando a otros. Esto le ha permitido atacar por sorpresa a las poblaciones, de modo que para el momento en que comenzamos a identificar su presencia, muchas personas ya están infectadas o corren riesgo. Fuera de eso, el SARS-CoV-2 es similar a muchos otros coronavirus. Existen alrededor de cuatro cepas de coronavirus que circulan todos los inviernos como un resfrío de estación y con altos índices de infección. El SARS-CoV-2 tiene un índice de reproducción de 2-3, lo que significa que cada persona infectada en promedio puede contagiar a dos o tres personas, una tasa que a menudo se ve con coronavirus menos dañinos.
Su tasa de mortalidad es, por supuesto, superior a la de un resfrío común, particularmente en relación con los ancianos y aquellos que sufren comorbilidades, para quienes puede resultar devastador.
La propagación asintomática del SARS-CoV-2 no es del todo inesperada para los expertos en preparación para pandemias. En los últimos cinco años, hemos desarrollado y probado Operation Outbreak, una aplicación móvil que propaga un virus virtual a través de Bluetooth, que habíamos creado como un módulo de aprendizaje empírico para estudiantes de escuela primaria y secundaria. Pudimos modelar de qué forma un brote se propagaría a través de escenarios de alto contacto como escuelas y conferencias, e incluso realizamos algunas simulaciones utilizando un virus modelo similar al SARS que se propaga de manera asintomática y con un índice de reproducción de entre 2 y 3, antes del surgimiento del SARS-CoV-2.
A través de estas simulaciones, hemos experimentado de primera mano lo difícil que es medir y contener un virus similar al SARS y, por otro lado, la forma en que las comunidades pueden congregarse creativamente para combatir este virus y su propagación.
En base a su experiencia con la pandemia, ¿cuánto tiempo cree que llevará contener al virus?
Mientras más rápido uno se vea afectado por una propagación viral, más rápido podrá contener satisfactoriamente el virus. En 2014, aunque el Ébola se propagó, desapercibido, durante varios meses por Guinea, Liberia y Sierra Leona, Nigeria pudo evitar que el virus se diseminara antes de alcanzar la densamente poblada ciudad de Lagos, con lo que se impidió que el Ébola se propagara exponencialmente y por todo el mundo.
El COVID es significativamente diferente, ya que es un virus respiratorio que se propaga fácilmente, y como ha llegado a numerosos rincones del mundo, estamos combatiendo el crecimiento exponencial lentamente.
En base a lo que yo he visto, probablemente no podremos tener un control completo sobre el virus, especialmente en Estados Unidos, hasta que haya una vacuna viable que esté ampliamente disponible. Dicho esto, muchos países pueden mantener la propagación viral contenida siempre y cuando ofrezcan pruebas de detección para las personas que ingresan al país y apliquen rigurosas políticas de cuarentena en individuos expuestos o afectados.
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FOTO POR FAITH NINIVAGGI