7 de junio de 2019
Un programa de kit de herramientas contra los opioides para empleadores
La idea del Dr. Duckworth surgió una mañana, durante un viaje por la carretera, mientras bebía un café y leía un artículo en un diario de Filadelfia sobre la realidad de los bibliotecarios que casi a diario tienen que administrar naloxona, el antídoto contra los opioides que normalmente se conoce como Narcan, en los baños de la biblioteca para evitar que alguien muera por sobredosis.


"Pensé: 'Si los bibliotecarios de Filadelfia pueden hacerlo, no hay motivo por el que otras personas no puedan hacerlo'", dijo Duckworth (arriba), psiquiatra y director médico de salud conductual de Blue Cross Blue Shield of Massachusetts.
El concepto es sencillo: armar estuches con dos dosis de Narcan en spray nasal, una mascarilla quirúrgica, guantes e instrucciones para administrar el medicamento. Luego, se distribuyen gratuitamente estos kits de $130 entre compañías pertenecientes a las industrias con mayor índice de sobredosis por opioides.
Cientos de estos kits serán enviados a un determinado grupo de centros de trabajo de Massachusetts en el marco de un programa piloto de Blue Cross que se lanza hoy. Blue Cross también ofrecerá orientación y capacitación para empleados, lo cual incluye un Centro de Recursos sobre Opioides en línea que brindará información sobre uso de medicamentos sin riesgos, control del dolor, opciones de tratamientos y demás datos relacionados. Mediante una asociación con el Departamento de Salud Pública de Massachusetts, la aseguradora sin fines de lucro también ofrecerá los servicios de un experto en administración de naloxona para que los empleadores que participen en el programa puedan capacitar a sus propios empleados, quienes luego darán la capacitación en el lugar de trabajo.
"La idea es brindar a las personas información y orientación sobre lo que es, en esencia, una herramienta de primeros auxilios", dice Duckworth, quien también se desempeña como director médico de la National Alliance of Mental Illness y como profesor adjunto de clínica médica en la Facultad de Medicina de Harvard University. Explica que tener este kit de herramientas a mano puede reducir la demora en la administración de este medicamento que puede salvar vidas, porque se estaría aplicando exactamente donde se necesita: en el ámbito laboral.
Un setenta por ciento de los residentes de Massachusetts cree que el Narcan debería estar disponible sin restricciones en los entornos laborales, según datos de un nuevo sondeo publicado hoy por Blue Cross.
La crisis de las drogas está afectando duramente el ámbito laboral: más de un 70 por ciento de los empleadores encuestados por el National Safety Council durante el año pasado reportaron casos de ausentismo, sobredosis, venta de drogas o situaciones de otra naturaleza, como consecuencia del abuso de medicamentos recetados en el lugar de trabajo. Esto ha provocado un aumento de los costos del seguro, más accidentes laborales y una reducción en el nivel de productividad para las empresas, dice Rachael Cooper, administradora de programas sénior del NSC.
La crisis ha generado en los empleadores un verdadero deseo de ayudar a sus empleados, pero sienten que no tienen los recursos necesarios, agregó Cooper, experta en prevención del uso de sustancias.
"Una de las cosas que sabemos es que alrededor del 70 por ciento de los empleadores quiere ayudar a sus empleados. Quieren ayudar pero no saben cómo".
De acuerdo con los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, más de 115 personas mueren a diario en los Estados Unidos por sobredosis de opioides. Eso equivale a una muerte por opioides cada 12 minutos. Solamente en 2017, más de 49,000 personas murieron en Estados Unidos por sobredosis de opioides, según cálculos de los CDC. Estos datos implican un incremento del 544 por ciento en muertes prevenibles asociadas a drogas desde el 1999, de acuerdo con el NSC, que define esta situación como "la peor crisis por drogas en la historia de Estados Unidos".
La sobredosis de drogas se ha convertido en la causa principal de muerte accidental dentro de Estados Unidos, según datos del NSC, y estos casos de sobredosis se producen tanto en el ámbito laboral como en el doméstico.
La encuesta efectuada por el NSC en 2017 arrojó que casi todas las industrias, desde la del transporte y la de los servicios hasta la de los deportes profesionales, se han visto afectadas por el abuso de los opioides. Sin embargo, el impacto de la crisis de los opioides ha sido mucho más evidente en los oficios relacionados con la industria de la construcción, ya que conllevan lesiones dolorosas que pueden exigir un tratamiento con opioides recetados de conformidad con la ley, los cuales, en algunos casos, provocan adicción, según indicaba Cooper.
Solamente en Massachusetts, un 20 por ciento de las personas que murieron por sobredosis de opioides entre el 2011 y el 2015 trabajaban en la industria de la construcción; esto equivale a 1,155 de un total de 5,580 muertes. Aproximadamente 2,000 personas murieron a causa de los opioides en 2017, lo cual da cuenta de un incremento masivo en los últimos cinco años.
"Necesitamos cambiar esa mentalidad corporativa que busca más bien castigar la adicción a las drogas y reemplazarla por una visión que se enfoque en un modelo de rehabilitación exitoso", dice Michael J. Wright, director de la División de Salud, Seguridad y Medioambiente del sindicato United Steelworkers, el cual cuenta con un equipo de respuesta frente a emergencias para brindar orientación y asistencia a trabajadores y miembros de sus familias cuando alguien se lesiona o fallece en el lugar de trabajo.
Según Wright, el sindicato también está analizando la posibilidad de distribuir Narcan en los diferentes lugares de trabajo para ayudarles a lidiar con problemas de sobredosis.
En Massachusetts, Shawmut Construction, New England Regional Council of Carpenters, la ciudad de Brockton y el pueblo de Ware, al igual que Blue Cross, estarán entre los primeros empleadores que contar con los kits de Narcan de Blue Cross en el marco del nuevo programa piloto.
"El verdadero objetivo es concientizar a las personas sobre el hecho de que el Narcan es un recurso que puede obtenerse en cualquier farmacia. Es fácil aprender a administrarlo, no es perjudicial para las personas y si se administra por error a alguien que no ha consumido opioides, no le provoca daño alguno", dice Duckworth, quien prevé que el programa piloto será puesto en marcha durante este otoño, para luego ser evaluado en cuanto a sus resultados y, posiblemente, ampliado. "Espero que al involucrar a los empleadores en la lucha contra esta crisis podamos cambiar la situación".
FOTOS DE MICHAEL GRIMMETT