8 de septiembre de 2019
La lucha de una familia contra el cáncer derivó en una batalla de vacunación contra el VPH
La pesadilla de la familia Scharingson comenzó en diciembre de 2015 cuando Jon Scharingson detectó un bulto en el costado izquierdo de su cuello. "Pensó que el bulto era una glándula inflamada debido a una infección respiratoria", recordó Kris, su esposa, en una entrevista reciente. Pero después de seis semanas, varias citas con el médico, una ecografía, una tomografía computarizada y una biopsia, los nativos de Ankeny, Iowa, supieron que Jon tenía cáncer de garganta a causa del virus del papiloma humano o VPH. Y allí empezó el viaje del infierno, dijo Kris (arriba con su esposo e hijo).
Jon pasó por 35 sesiones de radiación y dos tratamientos de quimioterapia en el transcurso de siete semanas, lo que le provocó una gran quemadura en la boca y la garganta, y lo llevó a depender totalmente de la alimentación por sonda y parches de altas dosis de opioides con medicamentos de administración intravenosa para controlar el dolor.
"A pesar de que terminó el tratamiento en abril de 2016, no pudo tragar hasta finales de agosto", comentó Kris. "Tuvo que pasar por el proceso de suspensión de los opioides y no regresó a trabajar a tiempo completo hasta noviembre". Jon, director ejecutivo de ventas y marketing para una compañía de energías renovables, le hará frente a los efectos secundarios de por vida del tratamiento, incluidos los problemas dentales, la boca seca, las papilas gustativas gravemente afectadas, problemas de equilibrio y daño permanente a los nódulos linfáticos.
El VPH, el virus responsable del cáncer de Jon, es común, se transmite por vía sexual y es la clase de virus más pequeña y peligrosa que puede derivar en cáncer; en este caso, cáncer cervical, vaginal, vulvar, anal, de pene y de garganta. A nivel nacional, alrededor de 34,000 hombres y mujeres reciben un diagnóstico de algún tipo de cáncer relacionado con el VPH cada año. El cáncer cervical es uno de los que más prevalece, con 13,000 nuevas mujeres que reciben el diagnóstico por año en todo el país, y la enfermedad que se cobra 4,000 vidas. Entre la membresía comercial de Blue Cross Blue Shield of Massachusetts, alrededor de 3,500 miembros son diagnosticados por año con cáncer relacionado con el VPH, con un 90 % de los nuevos diagnósticos vinculados a las mujeres y un 66 % entre los miembros de 46 a 64 años. Su prevalencia y posible letalidad hacen que el VPH sea un virus destacado.
Otra cosa también lo hace notable: a diferencia de prácticamente todas las otras causas de cáncer, este se puede prevenir con una vacuna
"La vacuna contra el VPH es una de las únicas dos vacunas con las que contamos para prevenir el cáncer", Dra. Katherine Dallow, vicepresidente de programas clínicos y estrategia de Blue Cross Blue Shield of Massachusetts
Y, Dallow resalta, el otro virus contra el cual tenemos una vacuna, el de la hepatitis B, resulta en cáncer con mucha menos frecuencia que el VPH. La vacuna contra el VPH protege contra nueve cepas de virus con mayor riesgo de causar cáncer. Los Centros para el Control de Enfermedades recomiendan que las niñas y los niños reciban la vacuna contra el VPH, que consiste de dos dosis, entre los 9 y 12 años, para que tengan las mejores probabilidades de desarrollar inmunidad antes de que sean sexualmente activos y estén expuestos al virus. Una vez que los adolescentes cumplan 15 años, necesitan una serie de tres dosis para estar protegidos contra el VPH.
La contundente evidencia clínica ha demostrado la seguridad y eficacia de la vacuna, que se desarrolló hace más de una década atrás. No obstante, a diferencia de muchas otras vacunas, incluida la de la hepatitis B, la vacuna contra el VPH no es obligatoria en escuelas y campamentos. Se administra en varias dosis que requieren múltiples visitas al médico, y algunos padres no han aceptado la recomendación de los CDC. Como resultado, las tasas de vacunación contra el VPH a menudo está muy por debajo de las tasas de otras vacunas recomendadas para los adolescentes. El noventa por ciento de los adolescentes recibe la vacuna Tdap contra el tétanos, la difteria y la tos ferina, y la vacuna para infecciones meningocócicas, pero solo el 30 por ciento está vacunado contra el VPH, según datos de Blue Cross.
"Es posible que a los padres les resulte difícil superar la relación entre este virus y la actividad sexual", dice Dallow, pero se pregunta: "si hubiera una vacuna para prevenir el cáncer de colon o el cáncer de mama, ¿los índices en estas vacunas también serían tan bajos? Las personas harían fila independientemente del método de transmisión".
"Hablar de cáncer en relación a esto funciona en las personas", acordó el Dr. Alan Stern, pediatra en Needham, Mass., quien recomienda a todos sus pacientes ponerse la vacuna antes de los 12 años. "Desafortunadamente, ahora estamos siendo testigos de una epidemia de cánceres relacionados con VPH en personas en sus años 30, 40 y 50. Esperamos poder prevenirlo en los niños en las próximas décadas a partir de ahora". Después de una década de investigación, remarca Stern, la vacuna demostró su seguridad y efectividad con solo efectos secundarios leves, como dolor ocasional en el brazo y mareos. Y gracias a la mayor información que se brinda en las escuelas sobre la vacuna así como a una mayor concientización sobre los tipos de cáncer relacionados con el VPH, dice Stern, los padres están cada vez más abiertos a darle la vacuna a sus hijos.
Kris Scharingson está entre ellos. En realidad, ella y su esposo son fervientes defensores de la vacuna contra el VPH y participan en la American Cancer Society, en el Departamento de Salud Pública de Iowa y el Iowa Cancer Consortium. A finales de marzo de 2016, mientras su esposo estaba por terminar su tercer semana de tratamiento para el cáncer de garganta relacionado con el VPH, Kris llevó a su hijo Matthew de 16 años al médico para darse su última dosis de la vacuna contra el VPH. Si bien los niños nunca quieren ir a ponerse vacunas, Kris dijo que Matthew estaba feliz por darse esta vacuna. "Nuestro objetivo", dijo, "es que nunca tenga que pasar por el dolor y sufrimiento por el que vio pasar a su papá".
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FOTO DEL Dr. ALAN STERN POR MICHAEL GRIMMETT