9 de ene. de 2020
Un nuevo programa de asesoramiento es tendencia entre los empleados federales
Cuando Christopher Ayers supo que su oficina estaría participando en un programa piloto de asesoramiento en bienestar grupal de ocho semanas, que ofrece su plan de salud a los empleados federales, se inscribió pero se mantenía escéptico. "Honestamente, pensaba: 'Esto va a ser una pérdida de tiempo'", recuerda el padre de 46 años de edad de Plymouth.
Pero allí fue a la primera reunión, en la que personal de enfermería certificado y el asesor en bienestar de Blue Cross Blue Shield of Massachusetts, Jaime Drunsic, les pidieron a los participantes que escribieran su visión de bienestar a largo plazo y establecieran tres objetivos alcanzables para la próxima semana. Cada una de las personas que se inscribió en el programa se comprometió a asistir a la reunión grupal semanal para hablar sobre un tema de salud relevante y luego reunirse de forma individual con Drunsic para fijar objetivos pequeños y revisar el progreso.
Ayers, un funcionario de cumplimiento de higiene y seguridad en la Administración de Seguridad y Salud Ocupacional en Braintree, dijo que él se puso dos objetivos relativamente fáciles: beber 64 onzas de agua por día y subir un tramo de las escaleras cada vez que iba a la oficina. Cumplió con esos objetivos, y la semana siguiente cuando Drunsic lo alentó a hacer un poco más, Ayers aceptó beber más agua y subir dos tramos de la escalera en el trabajo. Unas semanas después, se esforzó un poco más por voluntad propia, y se comprometió a caminar o trotar en la cinta para correr dos a tres veces por semana durante 35 minutos y completar una sesión de entrenamiento con pesas por semana.
Ayers siguió elevando la vara un poco más y alcanzando sus objetivos semanales. Finalmente, un día, seis semanas en el programa, se preparó para ir a trabajar sin prender la luz para no despertar a su esposa que dormía. Fue cuando llegó al trabajo que se dio cuenta que llevaba unos pantalones que no había usado por un año y medio.
Ese fue el momento en que Ayers reconoció que todos sus pequeños objetivos habían contribuido para perder hasta 20 libras. Y lo que es más, dijo, "comencé a sentirme mejor y tener más energía".
"La gente tiene que darle prioridad a su salud, y Chris lo hizo", afirmó Drunsic. "Estaba decidido a salir de su zona de confort, y funcionó. Él realmente aprovechó todo lo que el programa tiene para ofrecer".
Expandir el programa
Ayers es uno de los primeros participantes del programa pionero que ofrece asesoramiento en bienestar a los empleados federales. "Nadie está haciendo algo como esto en el país por los empleados federales que nosotros sepamos", dijo el director del programa para empleados federales de Blue Cross Blue Shield of Massachusetts, Chris Chrisanthopulos. Hay alrededor de 2 millones de empleados federales en EE. UU., y 113,000 miembros federales en Massachusetts.
Aproximadamente la mitad de todos los trabajadores federales tienen más de 50 años, y muchos de ellos enfrentan los mismos desafíos de salud que otros estadounidenses, incluida la diabetes, la presión arterial alta y el colesterol alto.
A raíz del éxito del programa en la OSHA, Chrisanthopulos dijo que la aseguradora piensa expandirlo para incluir a más agencias federales en Massachusetts en 2020: "Nuestro enfoque es mejorar la salud de nuestros miembros como podamos", comentó. "Si podemos mejorar la salud de un miembro, ya vale la pena".
El director de la OSHA, Jim Mulligan, explicó que le dijo sí al programa en parte porque quería mejorar su propia salud y nutrición pero también porque se trataba de algo diferente para su equipo: "Hicimos competencias de pérdida de peso en el pasado, pero no sirvieron de mucho", afirmó.
Le gustó el hecho de que el programa no se trataba solo de hacer dieta y la gente podía trabajar en otros objetivos, como control del estrés: "Con frecuencia nuestros empleados tienen que viajar a otros lugares y atender a personas lesionadas o escuchar sobre muertes, lo que puede ser muy estresante. Una de mis mayores preocupaciones cuando sugeríamos ideas de bienestar fueron la conciencia plena y la reducción del estrés".
"Todas las personas que participaron en el programa aprendieron algo", dijo Mulligan. "Realmente se lo recomendaría a otras agencias".
Blue Cross ha ofrecido charlas de salud grupales a los empleados federales en Massachusetts durante muchos años, pero este programa piloto marca la primera vez en que el plan de salud ofrece asesoramiento en bienestar grupal a los miembros y también la primera vez que se ofrece asesoramiento en bienestar de algún tipo a los empleados federales, cuyos beneficios de salud son supervisados por la Oficina de Gestión de Personal en Washington, D.C.
Pequeños cambios, un gran impacto
La magia del asesoramiento en bienestar, dijo Drunsic, es que "muchas pequeñas cosas resultan en grandes cosas".
Ha visto a muchas personas tener éxito con el asesoramiento en bienestar precisamente porque tiene que ver con implementar cambios pequeños de manera progresiva que hasta pueden parecer fáciles al principio, pero pueden conducir a grandes resultados y a un cambio sostenible del comportamiento en el futuro.
"Veo lo efectivo que puede ser el asesoramiento en bienestar y los resultados que las personas pueden obtener porque realmente se trata de ayudar a las personas a hacer cambios equilibrados en las áreas que desean", comentó Drunsic, ya sea control del estrés, nutrición, pérdida de peso, ejercicio o dejar de fumar.
"El asesoramiento en bienestar no se trata de cambiar algo por completo desde el principio, tiene que ver con hacer algo un poco mejor que la semana anterior y avanzar en esa dirección".
La otra cosa con la que no tiene nada que ver el asesoramiento en bienestar, dice Drunsic, es el sacrificio: "No hay nada que esté prohibido, no hay comida que no pueda comer".
Ayers cree que el programa le funcionó en gran medida porque no es una dieta y porque los controles semanales con Drunsic hicieron que se mantuviera comprometido: "Paleo, Atkins, Zone. Lo que sea, ya lo probé. Pero con este programa, no siento que le tengo que decir no a algo, solo presto un poco más de atención y hago mejores elecciones", comentó. "Además, Jaime acomoda su agenda para venir y ayudar, así que uno se siente más obligado a trabajar en sus objetivos".
"No estoy ahí para decir lo que tienen que hacer", dijo Drunsic. "Estoy ahí para guiarlos y ayudarlos a mantener el compromiso".
Además de perder unas 30 libras, dijo Ayers, su presión arterial también disminuyó y dejó de tomar su medicamento para el reflujo ácido.
Pero tal vez la mejor medida de su éxito fue recibir un gran abrazo de su hija Emma, de 8 años, quien un día le dijo: "Papá, me encanta que estés más delgado porque puedo abrazarte completamente y darte un gran apretón al estilo Emma". "Que mi hija haya dicho eso", expresó Ayers, "así de esa forma, eso es el éxito para mí".
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