Ayuda para madres y padres primerizos

Lauren Harris recuerda el momento con claridad. Abrumada por los meses siguientes al nacimiento de su segundo hijo, estaba conduciendo por la montaña en los Berkshires camino al trabajo cuando un pensamiento aterrador pasó por su mente.

"Puedo dar un volantazo y caer por la ladera y no tendré que ocuparme de nada nunca más", recuerda haber pensado.

Dice que fue el primer indicio de que estaba atravesando algo más que una simple "tristeza posparto".

Si bien Harris no tenía la intención de hacer algo drástico, estaba tan afectada por ese pensamiento que llamó a su médico. Como terapeuta, sabía que los cambios hormonales y otros factores posteriores al nacimiento de un bebé con frecuencia pueden provocar cambios de ánimo, ataques de llanto, ansiedad y dificultad para dormir. También sabía que esos altibajos emocionales, atravesados por alrededor del 20 por ciento de las madres recientes, solo deberían durar cerca de dos semanas. Lo que no sabía era que estaba padeciendo algo mucho más grave.

"Fue terrible, horrible", dice sobre la ansiedad y el desamparo que sintió durante meses después del nacimiento de su segundo y tercer hijo. "Algunas cosas insignificantes me parecían insuperables". Ir a la tienda de comestibles requería de toda mi energía. Sabía que estaba luchando, pero pensé que lo tenía bajo control".

No era así.

El médico de Harris no solo le diagnosticó depresión posparto, sino también ansiedad y trastorno obsesivo-compulsivo posparto. En conjunto, sus afecciones eran parte de lo que se conoce como estado de ánimo perinatal y trastornos de ansiedad, tres de siete afecciones asociadas que incluyen el trastorno bipolar perinatal y la psicosis perinatal que son más graves.

Para ayudar a Harris a manejar su afección, su médico le recetó una baja dosis de antidepresivo, una decisión que según Harris "fue un punto de inflexión". Los medicamentos levantaron su ánimo y la ayudaron a atravesar el difícil período emocional.

En la actualidad, Lauren (se la puede ver más abajo con su familia) está ayudando a otras personas como terapeuta de salud mental perinatal certificada y coordinadora del oeste de Massachusetts de PostPartum Support International, una organización creada para aumentar la concientización sobre los cambios emocionales sufridos durante y después del embarazo. También tiene un consultorio clínico que se centra en ayudar a mujeres embarazadas y madres de recién nacidos: The Center for Perinatal Wellness en Easthampton, Mass.

La importancia de la concientización

Alrededor de una de cada 10 madres recientes desarrollan un trastorno del estado de ánimo, como depresión posparto o perinatal, según una nueva investigación del American College of Obstetricians and Gynecologists. Una combinación de medicamentos y psicoterapia es altamente efectiva para tratar la mayoría de los casos.

Pero realmente pocas reciben tratamiento, afirma la Dra. Robin Fischer, endocrinóloga especialista en salud reproductiva, obstetra y ginecóloga y revisora médica de Blue Cross Blue Shield of Massachusetts. Eso se debe principalmente a que muchos de los síntomas habituales, como preocupación excesiva, insomnio, llanto y poco apetito, entre otras cosas, con frecuencia se consideran cambios hormonales "normales" que se desarrollan durante el embarazo e inmediatamente después.

"Es normal sentirse decaída", dice Fischer, "pero cuando existen síntomas extremos como llanto excesivo, eso ya no es normal".

El American College of Obstetricians and Gynecologists recomienda que los médicos controlen a las madres recientes para detectar signos de depresión posparto alrededor de seis semanas después del nacimiento utilizando un formulario simple con preguntas sobre la salud mental de la paciente.

Sin embargo, los estudios han revelado que la mayoría de los obstetras, ginecólogos, pediatras y médicos de cabecera no controlan a las madres recientes para detectar una depresión grave.

El estigma relacionado con los problemas de salud mental y la dificultad que tienen las madres recientes para admitir que necesitan ayuda pueden poner obstáculos al tratamiento adecuado, destacan los defensores.

La Dra. Monica Ruehli, especialista en obstetricia y ginecología de Norwood, dice que si bien ahora es más habitual controlar a las madres recientes para detectar depresión antes y después del parto, solo una de cada cuatro llega a recibir el tratamiento que necesita.

"Es una verdadera crisis de salud", dice Ruehli sobre la baja tasa de tratamiento. Las madres recientes con antecedentes familiares de depresión, un parto difícil o traumático, o de determinados grupos étnicos, incluidas madres afroamericanas o nativo americanas, pueden ser especialmente susceptibles a desarrollar una depresión posparto o prenatal.

Efecto en los bebés

La depresión posparto de una madre también puede afectar al recién nacido.

"Se ha convertido en un problema muy difícil para la salud pública porque no solo afecta el bienestar de la madre, sino que hay muchas investigaciones que demuestran que también podría haber un impacto en el desarrollo del niño". Afirma Ruehli.

La depresión y la ansiedad durante o después del embarazo pueden causar nacimientos de bebés con bajo peso, problemas de vinculación entre la madre y el bebé y, posteriormente, pueden afectar el coeficiente intelectual del niño, el lenguaje o el desarrollo psicológico, afirma la Dra. Nancy Byatt, psiquiatra y directora médica de Massachusetts del Massachusetts Child Psychiatry Access Program for Moms, que ofrece capacitación, asesoramiento psiquiátrico, coordinación de atención y otro tipo de ayuda para médicos que atienden a mujeres embarazadas y después del parto y a sus hijos hasta un año después del nacimiento.

Un episodio de depresión posparto también puede aumentar el riesgo de tener otro episodio en embarazos posteriores, por eso la ayuda y la planificación del tratamiento son clave, dicen los médicos especializados en posparto.

Poner fin al estigma, mejorar la educación

Las madres pueden encontrar ayuda en organizaciones de hospitales, como The Center for Women's Mental Health en el Massachusetts General Hospital que ofrecen evaluación y tratamiento de trastornos psiquiátricos asociados con las funciones reproductivas. Otras organizaciones, como The Center for Perinatal Wellness y PostPartum Support International, también pueden ofrecer asesoramiento.

La educación es fundamental, dice Harris, fundadora de The Center for Perinatal Wellness que sobrevivió a sus propios episodios de depresión posparto.

"Tenemos que educar a las futuras madres para que lo incorporen en su información sobre el nacimiento. Tenemos que educar a todos los proveedores de atención médica, no solo a los obstetras, ginecólogos y parteros. Tenemos que tratarlo con médicos generales, pediatras y, tal vez un paso más allá, con trabajadores intervencionistas", afirma.

Igualmente importante, agrega Harris, es la necesidad de eliminar el estigma relacionado con la depresión posparto para que las madres recientes sientan la seguridad de poder decir "necesito ayuda".

Estas charlas, dice Ruehli, deberían comenzar durante el embarazo, porque a veces esa "tristeza posparto" puede comenzar incluso antes de que llegue el bebé.

Conectar a las madres y los médicos con los recursos adecuados es clave, dicen los expertos.

The Postpartum Health Alliance y otros grupos similares comunican a madres y médicos con terapeutas, dice Maria Hester, terapeuta especializada en matrimonio y familia que trabaja como voluntaria en la alianza.

"Lo más importante es la educación", afirma Fischer. "Las mujeres tienen que hablar sobre esto con sus parejas y sus médicos. No tengan miedo. No están solas".

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_{FOTO PROPORCIONADA POR LA FAMILIA HAWKINS}