28 de septiembre de 2020
Los datos sobre el VIH y las disparidades en la salud
Coverage se enorgullece en publicar columnas que comparten la perspectiva de médicas afroamericanas pertenecientes a la red de Diva Docs del área metropolitana de Boston. Hoy, la Dra. Sabrina Assoumou, médica especialista en enfermedades infecciosas del Boston Medical Center, comparte sus pensamientos con la Dra. Philomena Asante, líder de Diva Docs Boston y creadora de la serie Diva Docs para Coverage.
Mi tío, un médico de familia de Brooklyn, N. Y., me inspiró a asistir a la facultad de medicina. Amaba a sus pacientes y sus pacientes lo amaban a él. Deseaba inspirar a mis pacientes como lo hacía él. Durante mi residencia en Brown, uno de mis primeros pacientes fue una niña de raza negra de 5 años que nunca antes había visto a una médica de color. Y su mamá nos miró a las dos y le dijo: "Sabes, tal vez algún día tú también puedas convertirte en médica".
Mi papá es de Costa de Marfil en África Occidental, donde nací, y mi mamá es de Trinidad y Tobago en el Caribe, por lo que siempre me he sentido ciudadana del mundo. Eso me llevó a la salud global, lo que significa enfocarse en las enfermedades infecciosas. Me encanta el trabajo de detective. También me atrajo el aspecto de justicia social del área. Queremos hacer del mundo un lugar mejor.
Los médicos especialistas en enfermedades infecciosas queremos curar a nuestros pacientes, pero también deseamos cambiar el entorno que los hizo vulnerables a la enfermedad en primer lugar.
Cuando estaba en la facultad de medicina, el VIH, que es un virus que ataca y destruye las células del sistema inmunitario, estaba causando estragos en el mundo. No había duda para mí de que, como médica especialista en enfermedades infecciosas, mi enfoque estaría puesto en el VIH. Y adopté el enfoque de mi tío: brindo atención integral al paciente. Trato de entender de dónde viene, cuál es su estado mental, con quién vive, incluso antes de pensar en su enfermedad.
Todavía no existe ninguna vacuna para el VIH, pero tenemos profilaxis previa a la exposición al VIH, o PrEP, que puede prevenir la infección, y antirretrovirales, que pueden evitar que el VIH se convierta en SIDA. No obstante, aún se producen aproximadamente 40,000 infecciones al año por el VIH en los EE. UU. Además, en este país mueren cerca de 13,000 personas al año por complicaciones derivadas del SIDA.
Disparidades en las tasas del VIH
En los Estados Unidos, los afroamericanos representan el 13 % de la población, pero alrededor del 40 % de los diagnósticos nuevos de VIH cada año. Esto no se debe a que las personas negras tengan conductas más riesgosas o sean genéticamente más vulnerables al VIH. Más bien, esta tendencia se correlaciona con problemas estructurales de larga data. El racismo estructural en este país ha provocado durante siglos que los afroamericanos sean poseedores de menos riqueza y vivan en barrios más pobres, lo que a menudo significa un acceso limitado a una buena educación y, por lo tanto, a menos oportunidades de tener un buen empleo y un seguro de salud garantizado.
¿Cómo influye eso en el VIH? Si tiene seguro de salud, es probable que tenga un médico de atención primaria que pueda hablar con usted sobre los factores de riesgo, asesorarlo sobre las medidas preventivas y hacerle la prueba del VIH. Si su riesgo es mayor, se le receta PrEP. Pero vemos tasas mucho más bajas de recetas de PrEP en hombres negros homosexuales que en otros a pesar de la tasa desproporcionada de infección.
Así que, en 2020, a pesar de todos nuestros avances científicos, todavía tenemos pacientes en nuestro país que no tienen acceso a la educación sobre el VIH, ni a las pruebas ni a la prevención. No tienen seguro de salud ni médico de atención primaria. Estos pacientes no consultan a ningún médico hasta que un día se presentan en la sala de emergencias con dolor de cabeza. Y es una infección oportunista potencialmente mortal causada por el SIDA, como la meningitis criptocócica.
Podemos abordar estos problemas. Hay forma de resolverlos. Pero requiere voluntad política, además de la voluntad del sistema de atención médica.
¿Qué podemos hacer como ciudadanos? Podemos informarnos para defendernos y prevenir la infección.
Cómo prevenir el VIH
¿Qué preguntas debe hacerle a su médico si se infecta?
- ¿Cuál es mi "conteo de CD4" y mi "carga viral"? Su carga viral es una medida de la cantidad de VIH en su sangre. Las células CD4, también conocidas como células T, son glóbulos blancos que combaten las infecciones. Juntos, esos números le indican qué tan grave es la enfermedad. El objetivo del tratamiento del VIH es lograr lo que llamamos un nivel "indetectable", lo que significa que no aparece carga viral en los análisis de sangre. Este virus aún se esconde en el cerebro, el tracto gastrointestinal y el sistema nervioso central; actualmente, no existe ninguna cura. Sin embargo, cuando es indetectable, es muy poco probable que pueda transmitirlo.
- ¿Cuándo puedo iniciar el tratamiento antirretroviral? Una píldora antirretroviral puede ayudarle a llevar una vida normal: una píldora bien tolerada, no el tipo de cóctel de varias píldoras que teníamos hace años y causaba terribles efectos secundarios. El tratamiento antirretroviral no solo ayuda a los pacientes sino que también permite prevenir la transmisión a sus parejas y, en el caso de las mujeres embarazadas, a sus bebés. Muchísimos datos muestran que, cuanto antes comienzan a tomar los medicamentos, mejores resultados registran los pacientes.
- ¿Cómo puedo asegurarme de no sufrir ninguna otra complicación a causa del VIH? ¿Debo hacer cambios en mi dieta o estilo de vida? ¿Existen pruebas de detección que deba realizarme? Por ejemplo, las mujeres deben hacerse dos pruebas de Papanicolaou durante el primer año del diagnóstico porque las pacientes infectadas por el VIH tienen más probabilidades de desarrollar cáncer de cuello uterino.
- ¿Qué vacunas debo recibir y cuándo? Recomendamos vacunarse contra distintos virus, incluido el de la meningitis y la neumonía, además de la vacuna anual contra la gripe y otras vacunas estándar.
También debe ponerse en contacto con su departamento de salud local. Es posible que puedan brindarle información sobre las clínicas que ofrecen asistencia para pacientes infectados por el VIH, por ejemplo, las Ryan White Clinics que son financiadas con fondos federales. En Massachusetts, debido a que el Programa de Asistencia para Medicamentos para Enfermedades Infecciosas del Departamento de Salud Pública ayuda a cubrir el costo de las primas y los medicamentos para el VIH, puedo garantizar que mis pacientes saldrán de mi clínica del Boston Medical Center con sus medicamentos en la mano.
Además debe informarse. El VIH se transmite a través de la sangre y el contacto sexual. No puede transmitir el VIH al besar a alguien. No puede transmitirlo al compartir utensilios, ni siquiera el asiento del inodoro. Puede seguir teniendo relaciones normales con su familia, y abrazar y besar a las personas que ama. Lo más importante es que el VIH no es una sentencia de muerte.
Con miras al futuro
Necesitamos mejores campañas de salud pública para educar a las personas sobre los riesgos continuos del VIH y qué opciones de tratamiento y prevención están disponibles.
Los ciudadanos no solo necesitan acceso a la atención médica, sino también ayuda para entender el sistema de atención médica, acceder a los medicamentos, hacerse pruebas y obtener los resultados de las pruebas. Esto es sumamente importante en poblaciones con alfabetización sanitaria limitada o barreras lingüísticas.
Es importante tener una fuerza laboral diversa. Lo sé de primera mano por las conexiones que he establecido con mis pacientes de raza negra. Al entrar al consultorio, especialmente en nuestro primer encuentro, se sienten muy orgullosos. "¿Usted es mi doctora? ¿De verdad?"
Ser capaz de formar ese vínculo y generar confianza es muy importante para lograr que los pacientes quieran venir a verme. La diversificación de la fuerza laboral puede ayudar a abordar los problemas sistémicos que generan las disparidades que vemos en la atención.
Aplicar las lecciones aprendidas del VIH al COVID-19
Podemos aprovechar la infraestructura de salud pública que se construyó para combatir el VIH y brindar apoyo a los pacientes en riesgo de infección por COVID. Tenemos una estructura de pruebas y educación que está funcionando, y deberíamos estar usándola.
Mientras nos enfocamos en la ciencia del desarrollo de vacunas, también debemos pensar en cómo podemos generar confianza entre el público y el sistema de atención médica. Las comunidades más afectadas deben participar a la hora de planificar iniciativas de educación y vacunación. Sin su confianza, el público no querrá vacunarse y no tendremos el nivel de protección que necesitamos para adoptar la nueva normalidad.
Venimos luchando contra el VIH desde hace cuatro décadas, un virus que, como el COVID, ha cobrado un precio trágico, desproporcionado e indignante en las comunidades marginadas. Debemos aprovechar las lecciones aprendidas mientras seguimos librando ambas batallas y buscamos construir una sociedad que proteja mejor a los más vulnerables.
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FOTOS DE FAITH NINIVAGGI