22 de mayo de 2023
Equidad al envejecer
Coverage se enorgullece de publicar columnas que comparten la perspectiva de médicas afroamericanas pertenecientes a la red de Diva Docs del área metropolitana de Boston. Hoy, la Dra. Christine Elizabeth Pierre, MD, CMD, médica de atención primaria especialista en geriatría en el Programa de Extensión Comunitaria de Beth Israel Deaconess Healthcare, y profesora adjunta de medicina en la Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard, comparte sus reflexiones con la Dra. Philomena Asante, directora de Diva Docs Boston, fundadora de la red de médicas afroamericanas Diva Docs y creadora de la galardonada serie Diva Docs para Coverage.
Nací en Mattapan, de padres inmigrantes de Haití de clase trabajadora. No teníamos mucho dinero ni recursos, pero mis padres siempre destacaron la importancia de la educación, así como la importancia de ayudar a otras personas. Para ellos, la clave del éxito es la educación.
Las oportunidades de mi madre, una mujer extraordinaria, en Haití, fueron limitadas. Por eso me crio para que me convirtiera en una mujer segura e independiente. "No quiero que seas como yo", solía decirme. "Quiero que salgas al mundo y hagas lo tuyo". Mi madre nos alentó a mi hermano y a mí a leer mucho y esforzarnos en nuestros estudios.
Mi padre era técnico radiólogo en el Massachusetts General Hospital, y solía llevarme a casa sus libros de radiología y anatomía, que repasábamos juntos. Fue alrededor de esa época, cuando tenía 5 o 6 años, que decidí que sería médica. Me sentía fascinada por el cuerpo humano, y eso despertó mi interés en la medicina y en ayudar a la gente.
Cuando estaba terminando mis rotaciones clínicas en medicina familiar en la ciudad de Nueva York, en el Bronx Lebanon Hospital, hubo un médico afroamericano que me marcó especialmente. Su abordaje de nuestros pacientes era holístico y compasivo. Aunque muchos de los pacientes tenían trastorno por uso de sustancias, habían sufrido heridas traumáticas y violencia, los trataba a todos de la misma manera, sin prejuicios. Nos llevaba aparte a los integrantes de su equipo y nos pedía que consideráramos de dónde venía el paciente. Por qué estaba allí. Que analizáramos sus circunstancias sociales. Ahí fue cuando empecé a interesarme en la intersección entre la medicina y las desigualdades de acceso que enfrentan los grupos minoritarios y las comunidades migrantes.
Durante mi capacitación también tuve un mentor que me ayudó a tomar la decisión de especializarme en geriatría, como médica de atención primaria que se especializa en adultos mayores. Por ser una población vulnerable, los pacientes mayores deben enfrentar un sistema de salud con sesgos específicos.
Me atrajo la geriatría porque podía combinar mis pasiones de atender a adultos mayores y al mismo tiempo luchar por la equidad.
Como geriatra trabajo en establecimientos de rehabilitación y hogares de ancianos. Mudarse de la comunidad a un hogar de ancianos es una transición importante. Además de la salud física, tenemos en cuenta la independencia de nuestros residentes, así como factores cognitivos y psicosociales. Trabajo junto a personal de enfermería, terapeutas del habla, fisioterapeutas y terapeutas ocupacionales, trabajadores sociales, médicos especializados en atención de heridas y muchos otros profesionales, como parte de un equipo interdisciplinario. Es muy gratificante y un enorme aprendizaje atender a pacientes en estos entornos. He aprendido muchísimo de ellos.
Inequidad y vejez
El racismo estructural y las desigualdades económicas propician grandes inequidades en términos de expectativa de vida y en términos de la atención a la que una persona accede hacia el final de su vida, y la pandemia del COVID-19 profundizó incluso más esta desigualdad. Los factores ambientales, como la segregación residencial, la discriminación, el acceso a jubilación, educación, el nivel de ingresos... Todo esto afecta dónde termina una persona que necesita cuidados a largo plazo. Y debido a estos factores es que es aún más importante ser proactivos a nivel individual en términos de qué tipo de atención vamos a querer.
Primero, es importante considerar sus valores y objetivos: ¿dónde le gustaría vivir si ya no estuviera en condiciones de vivir de manera independiente en su casa? ¿Cómo quiere vivir? ¿Qué es lo que más disfruta? ¿Qué cosas valora? ¿Cuáles son sus objetivos de atención si necesita cuidados de largo plazo?
¿Les contó a sus seres queridos qué es lo que quiere? Cuénteles qué es lo que más le importa.
Luego debe considerar sus finanzas: ¿tiene un fideicomiso sobre sus bienes? ¿Deberá recurrir a Medicaid para sus servicios de cuidados a largo plazo? Es recomendable conversar con un asesor financiero o considerar un seguro con cobertura de cuidados a largo plazo.
Cómo prepararse para una consulta con el geriatra
Si va a ver a un geriatra por primera vez, hay algunos pasos sencillos que puede seguir para prepararse:
A qué prestar atención al buscar un hogar de ancianos
Si usted o un ser querido están analizando la posibilidad de mudarse a un hogar de ancianos, los Centros de Servicios de Medicare y Medicaid publican un cuadro de clasificación con estrellas de los hogares, para que pueda comparar los diferentes establecimientos en términos de parámetros como calidad, personal, inspecciones sanitarias.
Haga una recorrida para ver si se sentirá a gusto en el hogar de ancianos. Preste atención a cuántas enfermeras y asistentes hay trabajando y cuántos residentes. ¿Qué actividades tienen? ¿Qué otros equipos hay, por ejemplo terapeutas, trabajadores sociales, especialistas en heridas? Y piense en cómo se siente mientras recorre el lugar. ¿Siente que lo recibieron bien? ¿Cómo interactúan los y las empleadas entre sí? ¿Los y las residentes se ven bien cuidados y felices? ¿El personal da la sensación de equipo?
Si usted o un ser querido ya están en un hogar de ancianos y no están conformes con la atención, pueden hablar sobre sus reclamos con alguien que no está vinculado al establecimiento: el defensor del pueblo. Todos los hogares de ancianos tienen un defensor del pueblo, que es un defensor de los paciente y de los derechos de los pacientes y sus familias. En todos los establecimientos hay carteles, ya sea en el ascensor o en el área de información para pacientes, que informan quién es el defensor del pueblo y cómo contactarlo.
Un momento generacional decisivo
Para 2035, se espera que la cantidad de personas mayores de 65 años supere la cantidad de menores de 18. Las implicaciones para la profesión médica son muy grandes, porque a medida que aumente la población de adultos mayores, habrá más presión sobre los recursos del sistema de atención médica.
También observamos una población de pacientes mayores cada vez más diversa, lo que exige sensibilidad cultural de parte de los proveedores. En muchos hogares de ancianos, el personal y los asistentes también son personas de color. Por lo general, el personal de los hogares de ancianos brinda una atención extraordinaria. Sin embargo, en nuestra sociedad, como los trabajadores suelen estar mal pagos, ser inmigrantes o pertenecer a minorías, no siempre se los valora como se debería. Estas inequidades afectan la prestación de servicios de calidad en los hogares de ancianos. Estas desigualdades ya existían antes del COVID-19 y se han acentuado durante la pandemia.
Como médica afroamericana e hija de inmigrantes, me ocupo de que el personal de los hogares de ancianos sepa que puede recurrir a mí y contarme si hay algún problema con mis pacientes. Durante la pandemia solía dedicar algunas tardes a que pudieran contarme lo que les preocupaba acerca de la vacunación contra el COVID-19. Construyo relaciones sólidas. Eso es clave para la atención geriátrica holística, y debe ser parte del entrenamiento para ser médicos.
También podemos hacer cambios en la educación formal en medicina. Por ejemplo, si empezamos en la facultad de medicina, podemos convertir la geriatría en una rotación obligatoria para los estudiantes, y que roten tanto en clínicas de atención ambulatoria como hogares de ancianos. En este momento, los residentes de medicina interna de Beth Israel hacen rotaciones clínicas en hogares de ancianos, lo que es muy beneficioso porque muchos de ellos probablemente vayan a ver a pacientes mayores.
Para poder mejorar la salud de los adultos mayores debemos reconocer que existen desigualdades estructurales en nuestro sistema de atención médica y responder a estas desigualdades.
Como sociedad debemos aprovechar la oportunidad de tomar decisiones importantes a nivel del sistema para mejorar la atención y la igualdad de acceso para nuestros adultos mayores.
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FOTOS DE FAITH NINIVAGGI