13 de agosto de 2019
El lado oscuro del sol
Como muchas adolescentes, Laura Kocubinski solía disfrutar de los largos días de verano junto a la piscina, la playa y los viajes al salón de bronceado con su hermana mayor.
"Quería verme menos pálida y sentirme más segura", comenta mientras recuerda que no le gustaba que la molestaran por su piel pálida y que siempre se sentía más bonita si estaba bronceada.
Nunca pensó que un día escucharía las tan temidas palabras: "Tienes cáncer".
En julio pasado, Kocubinski, quien está a fines de sus 20 y vive en Allston, encontró un lunar de apariencia extraña en su pantorrilla izquierda y fue a ver a su dermatólogo para que lo revisara. Ocho días después le diagnosticaron melanoma en etapa I, una forma invasiva de cáncer de piel que puede propagarse a otras partes del cuerpo si no se trata.
"Que me diagnosticaran melanoma fue algo impactante para mí", afirma. "Estaba muy enojada. Sentía que era demasiado joven como para que me diagnosticaran cáncer". Llevaba una vida activa, corría tres o cuatro veces por semana y, a menudo, practicaba senderismo con su novio.
"La gente piensa que el cáncer de piel no es algo para preocuparse, pero es cáncer", dijo Kocubinski. "Definitivamente soy culpable por no prestar atención a las advertencias. Solía pensar: 'Nunca me va a pasar a mí'. Pero puede sucederle a cualquiera. Entiendo por qué las mujeres más jóvenes en particular quieren broncearse o tomar sol, pero insto a las personas a que se cuiden del sol porque podrían contraer cáncer de piel".
El verano pasado, Kocubinski y su novio cancelaron su viaje al Parque Nacional Acadia en Maine a fin de someterse a una cirugía para extirpar el tumor, la cual le dejó una incisión de 3 pulgadas de largo y una hendidura permanente en su pierna donde el cirujano extirpó el tejido hasta el músculo.
Como estudiante de posgrado con una especialización en Informática, Kocubinski adoptó un enfoque innovador ante su enfermedad: desarrolló un programa que utiliza el aprendizaje automático para detectar el melanoma a partir de la imagen de un lunar, el cual ha estado utilizando para realizar sus propios controles de la piel.
Un año después pudo superar el cáncer y está tan activa como antes de la cirugía.
Sin embargo, confiesa: "Todavía temo que el cáncer pueda volver más adelante", algo que puede pasar con el melanoma, la forma más peligrosa de cáncer de piel.
El cáncer de piel es la forma más común de cáncer en los EE. UU.
Según la encuesta de Blue Cross Blue Shield Association, el 31 por ciento de los milenials de todo el país usa camas de bronceado para obtener un bronceado básico, el 53 por ciento cree que el bronceado hace que las personas se vean saludables y el 58 por ciento cree que el bronceado hace que las personas se vean atractivas.
"Exponerse al sol sin el protector solar adecuado puede ser muy peligroso para la salud", afirma la Dra. Katherine Dallow, directora médica en Blue Cross Blue Shield of Massachusetts. "Ese es mi mensaje para los jóvenes, en especial para las mujeres jóvenes. Tu salud importa mucho más que cualquier beneficio que creas que podrías obtener de un bronceado".
La Dra. Rachel Reynolds, dermatóloga del Beth Israel Deaconess Medical Center, afirma que, por amplio margen, la mayoría de sus consultas médicas están relacionadas con el cáncer de piel, en particular con formas menos invasivas como el carcinoma de células basales y el carcinoma de células escamosas.
"El cáncer de piel es el diagnóstico de cáncer más común, y la incidencia está aumentando", asegura.
Cómo protegerse
Los médicos recomiendan estos consejos de protección solar:
- Ponerse protector solar con FPS 30 o superior y usar protección UVA y UVB de amplio espectro en toda la piel expuesta, y volver a aplicarlo cada dos horas, independientemente del grado de FPS que se colocó. También hay que asegurarse de que el protector solar sea relativamente nuevo ya que su efectividad puede reducirse con el paso del tiempo.
- Usar gafas de sol, un sombrero de ala ancha y una camisa de manga larga para bloquear físicamente los rayos del sol.
- Evitar el sol tanto como sea posible, especialmente el sol del mediodía, al optar por la sombra si está al aire libre
- Abstenerse de usar dispositivos de bronceado en interiores
- Hacerse una prueba de detección de cáncer de piel inicial con su proveedor de atención primaria o dermatólogo
- Realizarse exámenes cutáneos mensuales al recordar la regla del ABCDE: "Asimetría" (una de las mitades del lunar no coincide con la otra), "Bordes" irregulares, "Color" que no es uniforme, "Diámetro" superior a 6 milímetros (aproximadamente el tamaño de la goma de un lápiz) y "Evolución" del tamaño, la forma o el color.
"Encuentre un protector solar que le guste y aplíqueselo. Y vuelva a aplicárselo porque el sudor y el agua pueden quitarlo", afirma el Dr. Tom Hawkins, director médico sénior de Análisis y Salud de la Población. Agrega que incluso en invierno, las personas deben usar protector solar al estar al aire libre porque los rayos del sol pueden reflejarse en la nieve y causar quemaduras solares. "Si estará expuesto a la luz solar directa, asegúrese de colocarse protector solar", comenta.
Disfrutar del verano
Kocubinski toma todas estas medidas preventivas y más para protegerse del sol, incluso usa un paraguas al aire libre en días con mayor intensidad solar que la habitual. También trata de llevar un estilo de vida saludable para prevenir futuros cánceres al alimentarse bien, hacer ejercicio y practicar la atención plena.
"Estoy muy atenta a cualquier cambio en mi piel, y he hecho un gran esfuerzo para estar lo más saludable posible y protegerme de la exposición solar", asegura.
Aunque su diagnóstico hizo que cancelara su viaje a Acadia en julio pasado, este verano, ella y su novio comenzarán a escalar los 48 picos de 4,000 pies de altura de Nuevo Hampshire, y comenzarán con el monte Washington en julio.
"Esta experiencia te hace apreciar que no estamos aquí para siempre, que no tenemos la certeza de que estaremos aquí mañana. Realmente se encendió una chispa en mi interior que me impulsa a hacer lo que quiero hacer ahora y a no dormirme en los laureles, además de apreciar cada día y valorar más cada momento", afirma.
Como sobreviviente del cáncer, Kocubinski ya se ha enfrentado a una de las montañas más grandes de todas.