Coraje bajo fuego

En estos días, los bomberos de Massachusetts visten un tipo de uniforme diferente al de su característico gorro, sobretodo y botas. Como socorristas en la crisis del coronavirus, muchos se visten con equipo de protección personal, incluido un traje Tyvek blanco, guantes de goma, una mascarilla N-95 y un protector facial de plástico, cuando responden a llamadas de emergencias médicas.

"La mayoría de nosotros tenemos doble rol como bomberos y EMS", dijo Rich MacKinnon Jr., presidente de Professional Fire Fighters of Massachusetts. "Muchos de nosotros tenemos un puesto en un camión con escalera y en una ambulancia. Dependiendo de la llamada que entre, nos subimos a uno u otro".

Incluso los bomberos sin funciones dobles responden a llamadas del 911 con servicios de ambulancia privados o EMS administrados por la ciudad. "Para cualquier tipo de llamada médica, hay bomberos respondiendo", dijo MacKinnon. "En cada llamada médica a la que respondemos, suponemos que la persona que llama tiene el virus".

Los aproximadamente 12,000 miembros de PFFM están en la primera línea de la batalla para contener el coronavirus, respondiendo a las llamadas médicas y transportando a los residentes enfermos a los hospitales, mientras también combaten incendios, particularmente en la cocina, los cuales aumentaron durante el aviso de quedarse en casa de la primavera.

MacKinnon dijo que las llamadas médicas también se han vuelto más trabajosas. "Antes, si los pacientes podían caminar y hablar, les pedíamos que salieran a la calle para encontrarnos y enviábamos a un miembro con equipo de protección personal para responder. El conductor ni siquiera tenía que bajarse de la ambulancia. Ahora, a medida que la salud de los pacientes se deteriora más rápidamente, necesitamos 4-5 miembros para ingresar y trabajar con los pacientes", dijo.

Es una tarea difícil, particularmente porque el virus ha pasado factura a los propios bomberos.

Hasta la fecha, MacKinnon dijo que ha habido más de 3,500 exposiciones documentadas, con más de 230 miembros que dieron positivo para el virus, 415 están en cuarentena debido a síntomas similares a los del COVID-19 y casi 2,000 se han hecho la prueba.

"El virus ha afectado nuestra capacidad de respuesta y a nuestro personal", dice MacKinnon. "Los bomberos están trabajando horas extras a medida que disminuye la mano de obra".

PFFM y los miembros están haciendo todo lo posible para mantener su propia seguridad y la de sus familias, compañeros de trabajo y comunidades siguiendo las últimas pautas de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades y del Departamento de Salud Pública de Massachusetts. Los equipos están tomando precauciones adicionales en la limpieza de las estaciones de bomberos y los uniformes, mientras que PFFM se enfoca en proporcionar equipo de protección personal y atender las necesidades de salud conductual de los miembros.

MacKinnon dijo que los bomberos también están practicando el distanciamiento social, aunque eso puede ser difícil en una estación de bomberos: "Estamos en lugares cerrados, trabajamos en equipos y respondemos en equipos. Cocinamos, comemos, vemos televisión juntos, pero no queremos enfermarnos", dice.

MacKinnon cree que el trabajo en equipo finalmente ayudará a los bomberos a superar esta crisis actual: "Somos un grupo humilde, no buscamos reconocimiento", dijo. "Seguimos confiando en nuestros hermanos y hermanas bomberos con los que trabajamos para unirnos y superar estos tiempos difíciles juntos".

Un cuento para dormir especial

A pesar de trabajar muchas horas para luchar contra la propagación del COVID-19, los bomberos de Holbrook hicieron tiempo durante la primavera para conectarse con la comunidad de una nueva manera: leyendo un cuento para dormir desde la estación de bomberos.

La idea surgió de la esposa del bombero Jared Murphy, Megan, quien vio que algunos departamentos de bomberos en Florida estaban haciendo algo similar. "Me dijo: 'Ustedes deberían hacer eso'", recuerda Murphy. "Pensé que era una buena idea. Por lo general, sigo sus instrucciones de todos modos", agregó riéndose.

Cada noche desde marzo hasta mediados de mayo, un miembro diferente del equipo hizo un video de sí mismo leyendo un libro para niños desde un lugar en la estación, ya sea en los camiones o cerca de ellos, y el departamento lo publicó en su página de Facebook a las 7:30 p.m.

Murphy dice que el esfuerzo fue una forma simple para que los bomberos mantuvieran vínculos con la ciudad durante un tiempo de distanciamiento físico: "Ocasionalmente, los abuelos vienen con sus nietos para ver los camiones de bomberos, pero no podemos tener niños en la estación de bomberos en este momento. No podemos interactuar con los ciudadanos como lo haríamos normalmente", dice Murphy. "No estamos haciendo nada trascendental, solo nos mantenemos en contacto con la comunidad".

Aunque Murphy dice que el equipo originalmente estaba un poco escéptico con la idea, todos participaron. "El grupo pensó que estaba un poco loco al principio, pero todos aceptaron", dice. "Publicamos algunos videos y la iniciativa se puso en marcha".

Se hizo tan popular que Murphy dice que lo han reconocido. "Estaba respondiendo a una llamada el otro día y un niño pequeño dijo: 'Oye, tú eres el que leyó los cuentos anoche'. Fue bastante divertido".

¿Cómo decidieron los bomberos qué libros leer? Murphy dice que muchos miembros del equipo tienen hijos y trajeron libros de casa. Algunas personas incluso dejaron libros en la estación.

Espera que los cuentos hayan ayudado a las familias a superar un momento difícil: "Un par de padres nos dijeron que era un buen cierre al final de la noche cuando podían decirles a sus hijos: 'Miren, los bomberos están transmitiendo'".

^{FOTOS DE MICHAEL GRIMMETT}