9 de febrero de 2021
Combatir una pandemia con ciencia y empatía
"Parte de lo que convierte esta pandemia en algo muy real para mí", dijo recientemente el Dr. Charles Anderson, "es que uno de mis mejores amigos en todo el mundo estuvo entre las primeras mil personas que fallecieron en los EE. UU. a causa del COVID. Aún conservo su último mensaje de texto desde la UCI en el que me decía que no estaría en contacto por unos días ya que le iban a insertar una sonda respiratoria".
"Tenía 15 años cuando llegué a Princeton y conocí a Gary Jenkins", explicó. "Y pude atravesar por la experiencia de estar en ese entorno siendo tan joven porque estuve rodeado de personas como Gary que cuidaban a este muchacho delgado del norte de Nueva York. Perderlo después de más de 40 años de amistad subraya la urgencia de esta pandemia y mi rol como líder médico".
A comienzos de este año, un año repleto de desafíos incomparables, el Dr. Charles Anderson asumió el rol de presidente y CEO del Dimock Center, el centro de atención médica confiable que ha prestado servicio en el área metropolitana de Roxbury desde hace más de un siglo.
Llegó con una licenciatura de Princeton así como un título de MD y otro de MPH de la Facultad de Medicina de Johns Hopkins y, como si esto fuera poco, un título de MBA de la Universidad de Boston.
Pero las lecciones que está aprovechando ahora provinieron de su padre, un inmigrante jamaiquino que se instaló en Buffalo, N.Y., y estableció un consultorio comunitario que se transformó en farmacia, centro de radiología y laboratorio para satisfacer las necesidades de sus pacientes a principios de 1970, sin el beneficio de los registros electrónicos.
"Papá era un creativo solucionador de problemas", explicó Anderson, "que me infundió la noción de la atención médica como una forma de empoderar a las personas y suministrarles los recursos que necesitan en el momento y lugar adecuados".
No hay mejor momento y lugar para aplicar esas lecciones que ahora, en medio de una pandemia, en un vecindario entre los más afectados de Massachusetts.
Anderson dijo, "Se necesita más que una bolsa negra y un estetoscopio al enfrentar la crisis de atención médica más significativa que he visto en toda mi vida y, ojalá, la única que vea".
Primero, se necesita establecer confianza.
"Como médico, estoy capacitado para depender de la ciencia y los datos para ganar seguridad y confianza en la medicina", expresó Anderson. "Sé que como hombre afroamericano, tengo una vez y media más de probabilidades de infectarme, cuatro veces más de ser hospitalizado y tres veces más de morir. La ciencia me dice que cada infección es una batalla y cuantas más batallas ganemos, más probable será que ganemos la guerra contra este virus".
Mi entendimiento de la ciencia me dice que la vacuna no alterará mi ADN ni me dará COVID, y que la tecnología ARNm empleada para desarrollar una vacuna segura y eficaz no es nueva.
"Así es como comencé a confiar en esta vacuna. Otros procesarán esto de manera diferente y debemos facultarlos con la información confiable que necesitan para tomar su decisión. Algunos necesitan ver que otros se vacunan y cuanto antes logremos que las personas en quienes confían lo hagan, antes oirán sus historias, y desarrollarán confianza y seguridad en la vacuna".
Recordó haber hablado hace poco con una joven que, de forma educada pero firme, le dijo que la vacuna no era una prioridad para ella ni para su familia en este momento.
Anderson relató, "Me dijo que su familia era del sur profundo y había sido criada para no confiar en los médicos. Si vamos al caso, para no confiar en la atención médica".
Dimock le ofrece a Anderson la plataforma ideal para abordar algunos de esos temores largamente arraigados en una comunidad en la que la crisis global del COVID ha exacerbado todas las crisis subyacentes en la comunidad afroamericana, incluida la desconfianza histórica en la profesión médica.
"El punto de partida es una relación de confianza", dijo Anderson, "Dimock cuenta con proveedores de atención médica y personas que trabajan incansablemente en nuestras instalaciones que gozan de la confianza de nuestra comunidad. También tenemos la bendición de contar con socios comprometidos con garantizar que nuestra comunidad tenga las mismas posibilidades de luchar contra este virus para que todos podamos emerger juntos de esta pandemia".
Anderson comentó que dichos empleados y socios externos han sido apodados "Dimock Cares Street Team" y se han transformado en un componente clave en los esfuerzos de Dimock por aumentar la confianza en la vacuna al compartir sus historias y difundir el mensaje de qué manera, como comunidad, podemos detener la propagación de este virus mortal.
El amigo de toda la vida del Dr. Charles Anderson, Gary Alexander Jenkins, quien se había convertido en un prominente abogado dentro de la industria del entretenimiento, falleció antes de que existiera una vacuna que pudiera salvar su vida.
Gary se casó, dos días más tarde entró en la sala de emergencias y esa fue la última vez que su esposa lo vio. De modo que sí, todo esto es demasiado real para mí.
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